EFE / La Voz de Michoacán Ciudad de México. El artista argentino Juan Ingaramo graba su quinto disco en México después de que este año publicase un mixtape y en 2021 su cuarto trabajo. Este ritmo de trabajo, que se enmarca dentro del vertiginoso paradigma actual, le viene “bárbaro” al cantante, dice en entrevista con Efe, puesto que hacer música es lo que más disfruta y lo que mejor se le da. “Más allá de las presiones del algoritmo, eso es una opción ideal si te gusta eso, el plan es sacar este álbum el año que viene, quizá adelantar alguna que otra canción este año, pero seguir así, manteniendo este ritmo de lanzamientos”, explicó desde el estudio Kamikaze, ubicado en el sur de la Ciudad de México. Ingaramo publicó La Batalla y lo presentó recientemente en la capital mexicana junto con el resto de su música. Por primera vez hizo un concierto en solitario en México, donde se encontró con un entregado público que le pidió canciones de hace nueve años, aseguró. “Es muy loco porque uno no sabe qué tipo de audiencia tiene en frente, si te conocen por los últimos temas o si te conocen de hace cinco o seis años”, dijo. El pasado 3 de agosto hizo su presentación en el Foro del Tejedor en la capital mexicana y “lo loco”, aseguró, es que “se cantaban las viejas y también las nuevas”. “Me pedían canciones de nueve años atrás, no me deja de sorprender venir a un lugar tan lejos y escuchar a la gente cantar mis temas”, dijo el artista argentino, quien cuenta con dos colaboraciones con los mexicanos Los Ángeles Azules, una de ellas “Acaríñame” junto a Julieta Venegas. LA MECA DE LA MÚSICA Y es que, como muchos otros músicos de Latinoamérica, Ingaramo considera México “la meca” de la música en la región, y explicó que para los argentinos ir a México es “llegar a la tierra prometida”. En esta ocasión, aunque ya había tocado antes en el país en festivales y junto con otras bandas para “tirar la semillita”, ahora grabó en México en busca de “ese sonido del pop” de grandes artistas reconocidos internacionalmente como Luis Miguel. “Elegí la Ciudad de México y una de las razones es esta identidad que tiene para el pop”, sentenció, a la vez que recordó que este futuro disco será su primer trabajo grabado fuera de Argentina. Además de la búsqueda de ese sonido también le convenció la posibilidad de trabajar y grabar con artistas que admira, como es el caso de la banda Matisse y otros de los que aprende y a los que admira. “Hay un acto bastante masturbatorio de parte del artista que es el yo exacerbado a niveles terribles. Tengo la suerte de estar rodeado de artistas, más grandes o no, que viéndolos entendí cómo quiero que sea mi carrera”, sentenció. Por eso, explicó, que para él las colaboraciones surgen y que son las propias canciones las que las piden, por lo que no puede adelantar si habrá o no colaboraciones en su próximo disco. Traje 20 canciones y elegimos 9 y las estamos modelando, creando, está siendo como un momento bastante mágico. (…) Es muy lindo hacerlo en equipo, se generan relaciones muy especiales y con gente de otros países, y eso no deja de ser loco”, detalló. Ingaramo explicó que precisamente este momento de creación y grabación es lo que más disfruta de su trabajo, puesto que es lo más cercano a lo puramente musical, además de los conciertos, lejos de las complicaciones de organizar una gira o estar pendiente de cuántos boletos se venden. “Tocar es lo más lindo, lo más cercano a la música, es lo que más disfruto, lo demás es trabajo”, relató, mientras recordó que él nunca deja de pensar en la música.