Redacción / La Voz de Michoacán El regreso de Élite a Netflix con su cuarta temporada pasó todo menos desapercibido: la serie volvió a ser tendencia con sus nuevos episodios y generó reacciones de todo tipo con su estreno de este viernes. Entre los comentarios también hubo críticas y los más exigentes creen que los flamantes capítulos tienen un error imperdobable que prácticamente arruina toda la trama. ¿Cuál es? El regreso de la serie española tuvo algunas modificaciones importantes comenzando por su elenco. El nuevo director de Las Encinas, Benjamín Blanco (Diego Martín), llegó al centro con sus tres hijos: Ari (Carla Díaz), Mencía (Martina Cariddi) y Patrick (Manu Ríos). Precisamente este último estuvo entre los personajes que más llamó la atención. ¿Demasiado sexo? Sin embargo, los cambios también alcanzaron los guiones y muchos analistas coincidieron en algo: más sexo y menos historia. Álvaro Onieva, de Fuera de Series, afirmó que el programa se parodia a sí mismo y Élite 4 es cuenta con “actores evidentemente mayores para hacer de adolescentes, vestuario exagerado rozando el disfraz y una colección de excusas ridículas para quitarse la ropa”. En el mismo sentido, Mikel Zorrilla de Espinof opinó que “en esta ocasión da la sensación de que el auténtico hilo conductor de la temporada son los vaivenes sexuales de los protagonistas y no ese misterio marca de la casa habitual en Élite”. El comentario también mira con “cierto recelo el futuro de la serie”. El Confidencial, mediante la editorial de Berto Molina, comparó la actual temporada con las anteriores y marcó el mismo error: “Hasta ahora el sexo entre los chavales resultaba creíble y encajaba ante sus sentimientos y personalidades, pero ahora ya es todo un aquí te pillo, aquí te mato, sin sentido”. Además agregó que la sexualización total de la serie “juega en contra”. Por último, Miquel Unzué de TVienes subrayó que en años previos el sexo formaba parte de la trama y que en este es la trama. “La desnudez no es ningún delito ni algo que deba escandalizarnos, para nada. Sin embargo, es evidente que su uso gratuito por el morbo y sin un contexto justificado erosiona la calidad del producto”, concluyó.
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