Jorge Ávila / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. En las últimas elecciones que se han realizado en Estados Unidos se ha visto cómo cada vez se le da más importancia al voto latino, y en la de este año, Donald Trump y Joe Biden han dedicado aún más tiempo y atención a los votantes latinos en sus respectivas campañas. La razón no es gratuita, ya que por primera vez en la historia los latinos superan en número a los votantes afroamericanos entre los electores elegibles, y si la mayoría de los latinos ejerce el voto, podría ser el bloque étnico más influyente de la Unión Americana. El tema se vuelca más enterante si se toma en cuenta que los latinos que ya están votando de manera anticipada son 2.5 más en número que en las elecciones de 2016, cuando Donald Trump ganó la presidencia. Es por ello que los estados donde hay más población hispana, como Arizona, Nevada, Texas y Florida, son campos de batalla electoral. Debido a eso, en los estados antes mencionados es donde tanto Trump como Biden han pasado más tiempo y donde han gastado más dinero: 16 millones de dólares sólo en anuncios de televisión en español. Foto: EFE. Sin inmunidad contra la polarización reinante, los latinos llegan divididos a las elecciones en Estados Unidos, aunque no a partes iguales: al menos en los sondeos son más los que apoyan al demócrata Joe Biden que a un presidente Donald Trump que les reparte indistintamente cal y arena. Como ya se dijo más arriba, esto no es gratuito, puesto que los latinos son hoy por hoy el 13.5 por ciento del electorado a nivel nacional, en tanto que los afroamericanos constituyen el 12.5 por ciento, según cifras del Pew Research Center. Adendas, a nivel nacional, aproximadamente dos terceras partes de los votantes latinos se han inclinado por los candidatos del Partido Demócrata en las recientes elecciones presidenciales, y fuera de Florida, donde la mayoría cubana suele decantarse por los republicanos, Trump no la tiene fácil en 2020. Según datos de una encuesta realizada por Latino Decisions, empresa especializada en sondear a votantes hispanos haciendo entrevistas en inglés y en español, Joe Biden encabeza la elección con 68 por ciento entre los votantes hispanos. Esto significa un incremento, puesto que en las encuestas de salida en 2016 mostraron a Hillary Clinton con 66 por ciento de apoyo entre los votantes hispanos. En cuanto a las encuetas estatales, éstas muestran que entre todos los sectores de los votantes, Biden supera a Trump por 2.4 puntos en Arizona, que es el cuarto estado con más votantes latinos registrados, y con 5.2 puntos en Nevada, que es el sexto lugar. Pero Donald Trump encabeza en Texas, que es el tercer estado con más votantes hispanos registrados, siendo la mayoría personas mexicoamericanos. Florida es un caso particular donde los discursos del presidente Trump han funcionado. Ahí están prácticamente empatados el republicano y el demócrata, ya que las acusaciones que el mandatario ha hecho sobre que Joe Biden es socialista han permeado en la preferencia de los votantes de origen cubano o venezolano, que salieron (ellos o sus familiares) de sus países huyendo precisamente de regímenes socialistas. Latinos por Trump, en ligero aumento El actual apoyo de 25 por ciento de los hispanos al presidente significa una mejora respecto a 2016, año en que las encuestas preelectorales lo ubicaban con menos del 20 por ciento de la preferencia latina. Este aumento se debe en gran medida en que su discurso se ha centrado menos en la inmigración y otros temas que marcaron su agenda de 2016. Cabe recordar que esa campaña estuvo marcada por las referencias a los migrantes mexicanos, al llamarlos “criminales y violadores”. Pero ya en este año Donald Trump se ha enfocado en resaltar la importancia de preservar la ley y el orden, luego de que en han sido constantes los disturbios raciales, y de paso ha aprovechado para describir a Biden como un socialista que va a subir los impuestos. Foto: EFE. Sin embargo, el apoyo latino que actualmente tiene Trump no debe verse como un avance para el Partido Republicano, ya que, si se le compara con otros presidentes del mismo partido, es inferior: Ronald Reagan, George H.W. Bush y George W. Bush gozaron del 30 por ciento de respaldo hispano. Votantes latinos, en aumento Durante décadas, la participación latina en las elecciones ha sido menor que la de otros grupos étnicos, y es por ello que Texas es un bastión republicano, pese a que el 28 por ciento de sus electores son hispanos. Pero en 2020 los votantes latinos han aumentado 4 veces su participación en la votación anticipada y en ausencia si se compara con 2016, con un aumento del 224 por ciento. Esto se compara con un aumento de 165 por ciento en la votación anticipada y en ausencia para los votantes en general, según la firma de datos políticos TargetSmart. Además, en Florida se han registrado 475 mil nuevos votantes hispanos en los últimos 4 años, según Pew Research Center, y los registros demócratas hoy superan a los republicanos en ese estado por 308 mil personas. Anuncios en español Joe Biden ha gastado más del doble que Donald Trump en anuncios en español y se ha dirigido a comunidades hispanas más pequeñas en lugares como Charlotte, Carolina del Norte, y Filadelfia, Pensilvania. La campaña de demócrata también ha empleado a personas que tienen el español como primera lengua para crear sus propios anuncios impregnados de referencias culturales, e incluso los acentos regionales que resuenan en diversas audiencias hispanas. Diferentes anuncios están dirigidos a cubanoamericanos en el sur de Florida, puertorriqueños en el centro de Florida y mexicoamericanos en Nevada y Arizona. Pero en Miami ha habido el doble de anuncios de Trump que cualquier otro mercado. Un nuevo anuncio de esta semana presenta un jingle de campaña de la banda de salsa Los 3 de La Habana cantando “yo voy a votar por Donald Trump”, con un video del presidente bailando en mítines. Foto: EFE. “Trump tuvo un mes y medio de ventaja en la televisión en español”, dijo Chuck Rocha, estratega demócrata que trabajó en la campaña de Bernie Sanders y ahora dirige Nuestro PAC, que apoya a Biden con anuncios dirigidos a los votantes latinos. “Biden definitivamente tiene el mejor mensaje, pero Trump no es estúpido”. Trump fue el primer candidato en emitir anuncios en español en estados decisivos definiendo a Biden como débil, como partidario de los regímenes socialistas de Cuba y Venezuela y en oposición a la policía y las escuelas particulares subvencionadas. Pero, ¿qué le espera a Latinoamérica? En sus casi cuatro años de mandato Donald Trump no ha realizado una gira por América Latina. Solo viajó a Buenos Aires con motivo de la cumbre del G-20 en 2018. En contraste, Barack Obama hizo 15 viajes a distintos países latinoamericanos, incluido Cuba, y George W. Bush visitó la región 18 veces. “Esto es una muestra del poco interés de la presidencia de Donald Trump por la región”, dice Roberto Russell, académico de la Universidad Torcuato Di Tella en Argentina, en entrevista con el portal DW. En opinión del experto en relaciones internacionales, la agenda de Trump hacia América Latina ha estado centrada en la seguridad, “con temas como migraciones y narcotráfico, los que han alcanzado dimensiones de política interna para Estados Unidos”. “América Latina definitivamente no juega un papel relevante para Estados Unidos”, coincide el politólogo Andrés Malamud. El investigador del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa considera que la región fue importante durante un tiempo por cuestiones que impactaban la política interna de Estados Unidos. “Pero hoy las migraciones son menos peligrosas porque México actúa como tapón y la droga es menos relevante porque Estados Unidos la produce solo y tiene sus propios problemas. Si bien Latinoamérica sigue siendo relevante por el padrón latino en Florida, eso también es política doméstica, no política internacional”, sostiene Malamud. América Latina tampoco es tema de debate electoral, como observa Russel: “No hay que extrañarse, es lo que suele pasar, salvo que haya una crisis que afecte intereses de Estados Unidos, como una revolución cubana o un Salvador Allende”. Expectativas con Trump y Biden ¿Qué puede esperar América Latina tras las próximas elecciones presidenciales estadounidenses? “Si gana Trump va a seguir todo igual, con una política coercitiva, como en el caso de México con los aranceles, y dura hacia Cuba, y una menor relevancia relativa de toda América del Sur, lo que es una constante de la política de Estados Unidos, salvo en situaciones específicas que afecten sus intereses”, adelanta Russell. “Con Joe Biden podemos pensar en un cambio en el enfoque. Él ha hablado de ayudar económicamente a los países latinoamericanos e idear planes conjuntos de desarrollo para evitar las migraciones masivas. Estuvo muy involucrado en esta temática cuando fue vicepresidente. También tratará de tener una relación más flexible con Cuba, siguiendo los lineamientos que estableció Barack Obama”, agrega Russell, quien es presidente de la Fundación Vidanta. El experto también estima que, de ganar el candidato demócrata, habría un mayor compromiso con la defensa de la democracia. “Hay una ola de autocratización en todo el mundo y Estados Unidos vive este proceso de manera muy profunda. Va a haber un interés en lo interno, pero también en proyectar la imagen de país que vuelve a plantearse en nombre de los derechos humanos y de la democracia”. Por su parte, Malamud distingue dos impactos principales en América Latina, según quién triunfe: uno, genérico sobre el comercio, y otro, especifico, sobre la principal potencia regional. “Los republicanos suelen ser más abiertos al libre comercio que los demócratas, aunque Trump no es un buen ejemplo, porque es un republicano proteccionista. Pero si América Latina necesita que le abran los mercados de Estados Unidos, los republicanos son más convenientes. El impacto más específico es sobre la estabilidad política de Brasil. Para el presidente Jair Bolsonaro, Trump es un referente importante y su derrota podría llevar a que la inestabilidad en Brasil resurgiera”, señala. El factor China “Hay un determinante más estructural que va a incidir mucho en la relación de Estados Unidos con América Latina, ya sea con Biden o Trump, que es el tema China. No hay mucha diferencia en el enfoque, gane uno u otro”, observa Russell. Latinoamérica está cobrando interés para Estados Unidos debido a la competencia estratégica global con China, que tiene un componente geopolítico muy importante en esta región que ha sido hegemonía de Estados Unidos durante muchas décadas. “Es la primera vez que tiene la competencia de un gigante como China y no se va a quedar de brazos cruzados. Éste es el factor central de lo que será la relación de Estados Unidos con América Latina en el futuro, que estará muy marcada por esta dinámica triangular”, sentencia Russell. “Justamente América Latina recobra algún papel mínimo en la agenda de Estados Unidos porque China avanza. Pero China no avanza contra Estados Unidos, sólo lo hace cuando éste se retrae. Cuando vuelve a avanzar un poquito con el BID y otras movidas, China espera su turno. No tiene prisa para entrar a América Latina”, analiza Malamud. Sin cambios drásticos A la luz de la reciente elección del presidente del BID, en la que el 80 por ciento de los países latinoamericanos apoyó al candidato de Trump y no hubo votos en contra, Malamud opina que “la mayor parte de los presidentes de América Latina quiere que siga Trump, o por lo menos es lo que muestran en público. Y de ellos, López Obrador de México y Bolsonaro de Brasil, muy fuertemente”. Un panorama muy distinto a lo que ocurría hace algunos años en esta región que hoy enfrenta grandes desafíos ante las crisis políticas y sociales, una creciente fragmentación y falta de multilateralismo. “El giro a la izquierda, la autonomía, la patria grande es hoy un eco lejano”, subraya el politólogo de la Universidad de Lisboa. Si bien el previsible mayor compromiso del candidato demócrata con la defensa de los derechos humanos y la cooperación podría augurar una administración más cercana a América Latina, los expertos son cautos. “Algo puede cambiar, pero nadie piensa en un cambio drástico. Además, Estados Unidos tiene tantos problemas domésticos que buena parte de los esfuerzos estarán puestos en lo interno, salvo donde hay problemas específicos, como en México y el triángulo norte de América Central, lo que ya es tema de agenda local estadounidense”, estima Russell. Malamud coincide: “Es difícil vislumbrar algún tipo de cambio gane quien gane. Si sale Biden vamos a tener el típico proteccionismo demócrata con las excusas del medioambiente y los derechos laborales, y si gana Trump tenemos el proteccionismo geopolítico con ‘America first’. Latinoamérica no debería esperar demasiados cambios, pero esto tiene que ver más con la irrelevancia de la región para Estados Unidos que con la similitud entre los candidatos”.