El cortejo fúnebre con los restos de Gustavo Cerati partió el viernes hacia el cementerio de Buenos Aires, donde el rockero argentino será sepultado, luego de que una multitud rindiera homenaje a quien es considerado un innovador y talentoso compositor y un artista de influencia indeleble. El ex líder de la banda Soda Stereo, considerado uno de los compositores más influyentes del rock iberoamericano, será inhumado en el cementerio de La Chacarita, donde están enterrados o fueron cremados grandes cantantes argentinos como Carlos Gardel y Mercedes Sosa. El coche fúnebre salió a la 1.39 horas (1639 GMT) de la Legislatura capitalina, donde el músico fue velado desde la noche del jueves, y pasará en su recorrido al cementerio por varias calles principales de la capital argentina. El techo del automóvil estaba cubierto de flores y se abría paso por un corredor que formaba la gente, la cual aplaudía a su paso y gritaba: "No se va, Gustavo no se va". Antes de partir hacia el camposanto, la madre de Cerati, Lilian Clark, saludó emocionada desde uno de los balcones del edificio que alberga la sede del poder legislativo capitalino a cientos de fanáticos del músico que se congregaron en la calle para ovacionarla y cantar a los gritos las canciones más famosas de su hijo y del grupo que lideró durante años y marcó decisivamente desde mediados de los 80 a otras bandas de Chile, México o Colombia. "En la ciudad de la furia", "De música ligera", "Signos" y "Cuando pase el temblor" fueron algunas de las canciones que los admiradores de Cerati cantaron bajo la lluvia hasta desgañitarse. Clark se enjugó las lágrimas y saludó con la mano a los jóvenes y no tan jóvenes que le dedicaron estos y otros temas. Estaba acompañada de su hija Laura y otros familiares. La madre del cantante y guitarrista fue su más leal compañera durante los más de cuatro años en los que el músico permaneció internado en esta capital a causa de un accidente cerebrovascular. En la desapacible mañana del viernes, miles de personas aprovecharon las últimas horas disponibles para acercarse a la Legislatura a rendir respeto a Cerati, fallecido en la víspera a los 55 años de un paro cardiaco tras haber estado en coma desde mayo de 2010, producto de un accidente cerebrovascular que sufrió al término de un concierto en Caracas. El féretro cerrado con los restos del cantante fue instalado en el Salón de Honor y estuvo parcialmente cubierto por una bandera argentina y una corona de flores. Alrededor había desplegadas más flores y carteles y camisetas con mensajes de sus fanáticos. Por momentos, los visitantes aplaudieron a modo de homenaje. Antes de que los seguidores del artista se acercaran a despedirse de él, el músico fue velado en la intimidad por su madre y sus hijos, Benito y Lisa, de 20 y 18 años, así como otros familiares. Rockeros como Charly García, Pedro Aznar, Ricardo Mollo y Zeta Bosio también despidieron al artista; este último músico fue bajista y compañero de Cerati en Soda Stereo. Entre las coronas exhibidas exhibían en la planta baja y el primer piso de la Legislatura destacaron las de los cantantes Cristian Castro y Alejandro Sanz. El gobierno de la presidenta Cristina Fernández dispuso dos días de duelo por la muerte de Cerati. La noticia sobre la muerte del rockero causó gran impacto en Argentina y el resto de América Latina. Con su talento y versatilidad como compositor, Cerati encabezó uno de los más importantes grupos de rock en español de Iberoamérica, que en los años 80 y 90 coreó con él aclamados temas como "Signos", "Persiana americana" y "Cuando pase el temblor". Tras la disolución de Soda Stereo en 1997, se mantuvo vigente con una exitosa carrera como solista y productor. Con su disco "Ahí vamos" de 2006 retomó el sonido rockero de la época de Soda Stereo y ganó dos Latin Grammy, a mejor álbum vocal de rock solista y mejor canción de rock, por "Crimen". En el 2007 recibiría el mismo premio por el tema "La excepción". El último trabajo de Cerati como solista, "Fuerza natural" (2009). A menos de una semana de su lanzamiento, encabezaba las listas de ventas en Argentina, México, Colombia y Chile. Mientras el músico estaba en coma consiguió tres Latin Grammy, a mejor álbum de rock, mejor canción de rock ("Deja Vu") y mejor diseño de empaque.