La revista New York logró reunir testimonios de 35 mujeres plenamente identificadas que aseguran haber sido sexualmente ultrajadas por el comediante estadunidense Bill Cosby, quien en todos los casos usó un potente sedante para perpetrar el abuso. En su edición de esta semana, la revista publica en la portada las fotografías de las víctimas, vestidas de negro y sentadas en un banco, en tanto que en el interior muestra sus retratos de medio cuerpo acompañados de entrevistas en que ellas describen su traumática experiencia con el comediante. El grupo es parte de las 46 mujeres que en total han acusado al comediante de haberlas drogado para forzarlas a tener sexo, aunque varias afirman haber sido contactadas por otras supuestas víctimas que aún permanecen anónimas. Las acusaciones en contra de Cosby se han filtrado durante años en la opinión pública, pero tanto el comediante como su equipo de abogados habían caracterizado a las supuestas víctimas como personas hambrientas de atención, fama y dinero. El comediante logró de manera relativamente exitosa defenderse de las acusaciones ayudado por su imagen como comediante: un benévolo patriarca, conservador y presto para prescribir lecciones morales, que muchos llamaban “El Papá de Estados Unidos”. En las semanas recientes, sin embargo, fueron difundidos por las cortes testimonios ofrecidos por Cosby durante juicios derivados de acusaciones por abuso sexual, que el comediante había logrado mantener en secreto debido a un acuerdo alcanzado con las víctimas. Durante los juicios, Cosby admitió haber administrado el sedante Quaalude a las mujeres con las que deseaba tener sexo. En los testimonios publicados hoy por la revista New York, se incluyen a meseras, modelos de la revista Playboy, periodistas y mujeres en todos los niveles de la industria del espectáculo. Destaca el testimonio de Barbara Bowman, de 17 años cuando fue supuestamente abusada por Cosby, y quien aseguró haber perdido la consciencia por el sedante administrado por el comediante con la idea de que éste ocuparía el lugar de su padre. “¿Despertar medio desvestida y violada por el hombre que dijo que iba a quererme como un padre? Eso es muy enfermo”, dijo Bowman, ahora de 48 años, sobre su encuentro de la década de 1980 con Cobsy. Bowman sintió durante años que no podía revelar a nadie lo sucedido, dada la fama y la imagen que Cosby había cultivado como comediante. “Me sentía como prisionera. Me sentí secuestrada y oculta a plena vista. Pude haber caminado en cualquier calle de Manhattan en cualquier momento y decir: fui violada y drogada por Bill Cosby pero, ¿quién diablos me hubiera creído? Nadie, nadie”, explicó Bowman.