El Universal/La Voz de Michoacán Ciudad de México.- Mathias Malzieu es escritor, director de cine y cantante. Hace un tiempo estuvo a punto de morir, pasó un largo periodo en hospitales y requirió de un trasplante de médula osea. Poco a poco, muchos a su alrededor, comenzaron a verlo sólo un enfermo. Es francés y es vocalista y líder de una banda de pop/rock francesa muy popular, Dionysos. Y la noche del miércoles se lanzó a los brazos de la Alhóndiga de Granaditas para ser, por un instante, un hijo de Zeus entregado a la exaltación colectiva en tierras guanajuatenses. Los Dionysos, dice la prensa internacional, son un grupo que goza de la popularidad en su tierra natal, y fueron los encargados de inaugurar la 45 edición del Festival Internacional Cervantino que este año está dedicado a los centenario de la Revolución Rusa y la Constitución Mexicana de 1917. Este grupo cuya música entrelaza el folk, con lo electrónico, el pop y el rock soft; al que además se le reconoce por la excentricidad de sus letras y a la enorme influencia que hay de Lewis Carroll y Tim Burton, sedujo al público cervantino que goza de la primera noche de las 18 que le quedan de fiesta del espíritu. El cantante ha dicho que tras su experiencia con la enfermedad y la muerte, se convirtió en un artista más eufórico que antes. Y sí. Su grupo danza a su ritmo, responde a su estridencia y a su energía. Los Dionysos le cantan al rey del tren fantasma, a la niña del fuego, a la mujer asustadiza y a las casas llenas de vacío. A las cosas y a las figuras sin sentido en un mundo real, pero auténticas en un universo paralelo. De pronto, Malzieu se lanza con los brazos abiertos al público para nadar en un oleaje humano. Los Dionysos continúan con su música que suena a un folk urbano que obliga a mover los hombros, a contonear la cadera. El escritor de historias fantásticas, el autor del Diario de un vampiro en pijama, va y viene entre los brazos del público y juntos dibujan una estampa conocida en el mundo del rock setentero. Al final, un cover dedicado a los mexicanos: "Heroes" de David Bowie. "We can be heroes/ We can be heroes/ We can be heroes/ Just for one day/ We can be heroes", canta una y otra vez. Los brazos en alto de los mexicanos en medio de la tragedia le ha dado la vuelta al mundo. Y los Dionysos han venido a recordar a esta nación que en México hay héroes, no importa que sea sólo por un día y porque su existencia, engrandece.