“Desastrosa” es una definición que a ninguna película quisiera tener, pero “Everest” resulta ideal por las sorprendentes escenas trágicas de una tormenta fulminante, a temperaturas bajo cero, en una historia basada en un hecho real. La primavera de 1996 fue la más mortífera en toda la historia del monte Everest. Catorce alpinistas perdieron su vida durante la escalada de aquel terrible año. Diez de ellos murieron el mismo día, al sorprenderles en plena ascensión a cumbre descomunal tormenta no prevista que, aún en día, investigadores siguen preguntándose cómo se desencadenó. Era el 10 de mayo y la extraordinaria tormenta castigó las zonas superiores de la montaña durante más de diez horas. Varios montañeros miembros de expediciones comerciales no lograron alcanzar la seguridad de su campamento de altura y tuvieron que pelear para sobrevivir bajo la nieve 36 horas soportando temperaturas inferiores a 40 grados bajo cero a más de 8000 metros de altura. “El 10 de mayo coroné el techo del mundo, pero el precio que pagué por ello fue terrible”. Es lo que dice Jon Krakauer en el libro “Mal de altura”, texto en el que se basa la película, y que resume la tragedia que ocurrió en el Everest en el año 1996. Una historia que ya es un best seller internacional y que, aprovechando su éxito literario, hoy llega al cine. Para leer la nota completa, consulta la edición impresa de este 16 de septiembre del 2015 en La Voz de Michoacán.