Valentina Ramírez Gómez / La Voz de Michoacán Bandersnatch, la nueva película de Netflix forma parte del proyecto de Black Mirror. Originalmente, nació como una serie de episodios autocontenidos producidos en Inglaterra por Charlie Brooker, fuertemente inspirada en series al estilo de The Wilight Zone (La Dimensión Desconocida). Poco después de que naciera el proyecto Netflix lo compró, volviéndose la compañía responsable de sus nuevas temporadas. Trajo actores con mayor estatus de celebridad y dio oportunidad a directores y escritores a participar en lo que lentamente se estaba convirtiendo en un fenómeno mundial. Aunque siguió con la estructura de episodios autocontenidos, a lo largo de la serie se han visto pistas que conectan el universo dónde suceden las historias, aunque no queda claro si todo sucede en el mismo universo o si sólo son referencias para los fans. La serie ha ganado varios premios, y es considerada por la crítica como una de las mejores series de ciencia ficción de la actualidad. Se basa en preguntas sobre la tecnología y el futuro de esta, y sobre cómo nos relacionamos con ella. Aunque no todos sus capítulos son tan reconocidos como otros, siempre se ha posicionado por su originalidad. Ahora la nueva película producida por Netlix sigue ampliando las posibilidades de lo que puede mostrarnos la ciencia ficción y las formas en que la narrativa audiovisual puede experimentar. La característica que más sobresale sobre la película de Bandersnatch es que se trata de una aventura interactiva, dónde la audiencia puede decidir qué pasa con el protagonista a lo largo de la historia y dónde distintas opciones guían a distintos finales. La posible interacción con la historia vuelve Bandersnatch una de las primeras películas, y en especial, una de las primeras obras de tan gran alcance, que hace uso de herramientas interactivas, de alguna forma asemejando la película a los videojuegos. Bandersnatch como ludo-narrativa Aunque los videojuegos cada día son más y más parte del entretenimiento popular, aún hay renuencia a verlos como un medio de entretenimiento artístico. Es común verlos como ocio, a diferencia del cine o la literatura que, aunque se traten de obras de entretenimiento, se valora su narrativa, su estética e incluso sus moralejas. Con los videojuegos en cambio, aún quedan muchas personas que dudan del valor narrativo de un videojuego. Algunos críticos de arte que se están comenzando a enfocar en los videojuegos, han señalado que la interactividad es justamente lo que hace que las narraciones de estas obras sean poderosas e interesantes. A la idea de que las formas en que jugamos influencian la historia que estamos viendo se le ha llamado "ludo-narrativa" y es la relación entre la trama y las mecánicas a través de las cuales interactuamos con un juego. Es a través de la interacción que la audiencia logra progresar en una historia y llegar hasta su final, dejando en manos del jugador la responsabilidad de llevar a los personajes a un punto u otro. Esto es algo que se le ha sacado mucho provecho en juegos con finales múltiples, donde dependiendo de tus decisiones, puedes ver una resolución distinta. Algunas resoluciones son positivas y provocan que el jugador se sienta satisfecho y alegre por lo que consiguió. Otras son negativas y la tragedia provocada en la historia se vuelve más dolorosa en tanto el jugador se siente responsable. Esto es algo que Bandersnatch está logrando mostrar a audiencias nuevas. Está llevando la idea de que una historia se puede contar a través de interacciones a personas que quizá nunca antes habían jugado un videojuego. No solo cuenta una historia cualquiera a través de la interactividad, sino que es una historia sobre la creación de un videojuego, que dependiendo de qué decisiones tomemos resultará en diferentes destinos para el proyecto y la vida del protagonista. La ludo-narrativa de Bandersnatch es clara: relaciona la vida de un programador de videojuegos, con la forma en que nos cuenta su historia. Aunque cabe notar que las referencias a la industria de los videojuegos se muestran con el toque irónico y un poco pesimista que caracteriza la forma en que la serie retrata la tecnología. ¿Black Mirror abrirá un espacio para nuevas técnicas narrativas? ¿O será que el estilo irónico de la serie sólo reforzará la idea de que los videojuegos no son arte serio?