Ciudad de México.- Durante sus primeros años, el grupo Guns N’ Roses vivió como lo marca el decálogo del rock star: rápido y de forma desenfrenada con excesos y éxitos, lo que hizo que su permanencia en los escenarios fuera corta, interrumpida por los constantes abusos de su líder Axel Rose y su largamente narrado pleito con el guitarrista Slash. Por eso su reunión este fin de semana en el Festival de Coachella, en California, EU, fue memorable. Veinte años después ambos artistas se han unido y ni una pierna rota —de Axel— impedirá que en México se repita el reencuentro. Aunque oficialmente la banda sigue activa desde su irrupción en la escena en 1985 y no se ha desintegrado, sus integrantes han ido y venido. Slash fue el primero que dijo adiós a la banda en 1996 para emprender su proyectos solista y otros como Velvet Revolver, e incluso probar suerte en el cine, siendo productor de filmes de terror como “El llanto del diablo”. Los rumores de esta memorable reunión surgieron desde el verano, cuando el guitarrista británico confirmó que él y Rose arreglaron sus diferencias.