Desde el medio día comenzaron a llegar al Palacio del Arte, los fanáticos michoacanos de Café Tacvba, agrupación que llegó a Morelia con un concierto desbordante de energía, lleno de luces, calidad musical y recuerdos de antaño. El furor de Café Tacvba en Morelia se dejó sentir más fuerte que nunca en esta ocasión, ya que llegaron con un show que incluye una selección de sus más grandes éxitos, la mayoría de ellos incluidos en “Re” (1994), su segundo material discográfico, el que les abrió las puertas internacionalmente, y considerado uno de los discos más importantes de la historia de la música de México. Quince minutos antes de que el reloj marcara las nueve de la noche, las luces del recinto se apagaron, y el tema “Veracruz” en la voz de Agustín Lara sirvió como tema de presentación mientras los artistas subían al escenario en medio de ensordecedores gritos. Miles de fans abarrotaron la parte visible de frente al escenario en el Palacio del Arte, todos deseosos de formar parte del festejo por los 25 años de trayectoria artística de Café Tacvba y 20 años del lanzamiento del disco “Re”, del que se desprende el que quizá es su hit más emblemático: “Ingrata”. Fue justamente esa la segunda melodía de un concierto que dio arranque con “El aparato”, haciendo homenaje a los sonidos mexicanos de igual forma que lo hicieran hace dos décadas y elevando de inmediato los ánimos al máximo. Gritos, ovaciones, chiflidos y mucha emoción vistieron el arribo de los músicos al escenario. Con los primeros acordes de “Ingrata” comenzó el brincoteo y la algarabía. “¡Oe, oe, oe, café, café!” coreaba la gente mientras los Tacvbos permanecían quietos en el escenario, receptivos de toda la buena energía que el público moreliano les obsequiaba a manos llenas. El click fue inmediato y muy efectivo. Incluso hubo un momento en que los papeles se invirtieron, convirtiendo a los artistas en espectadores y al público moreliano en un enorme coro monumental que dedicó “Las mañanitas” a los Tacvbos por su 25 aniversario. “Nos alegra estar con todos ustedes esta noche y compartir nuestra celebración por 25 años de carrera”, dijeron. A modo de instrucciones para disfrutar el concierto, precisaron: “Estamos festejando 25 años de carrera y también los 20 años de que fue editado nuestro segundo disco, el Re, así que vamos a estar celebrando tocándolo de principio a fin, para los que lo conocen ya se habrán dado cuenta, así que no nos interrumpan gritando que toquemos “Chilanga banda” y “Eres”, porque no las vamos a tocar hasta que acabemos con el Re… es con el fin de que no se desgasten muchachos y utilicen su energía para bailar”, explicó Rubén Barragán. Y así fue. El cuarteto ofreció los 20 temas del álbum 'Re' lanzado en 1994, incluidos: ''El ciclón'', ''El borrego'', ''Esa noche'', ''Ixtepec'', ''El Metro'', ''La negrita'' y ''Las flores''. La noche se estremeció cuando El baile y el salón resonó en el recinto con un coro de miles de fans, que no dudaron en corear con todas sus fuerzas El puñal y el corazón y El balcón, mientras los músicos seducían a sus seguidores con sus novedosas mezclas de ritmos de música norteña, con banda, punk, funk, mambo, samba brasileña y ska. Como es costumbre, en ocasiones Meme dejó sus sintetizadores para colgarse la guitarra acústica e interpretar algunas de las imprescindibles que se han hecho famosas en su voz. Las canciones tuvieron varios arreglos diferentes y sonaron totalmente renovadas. El público las cantó todas. El vocalista llegó a Morelia con el atuendo que lo ha acompañado durante gran parte de la gira, y también durante sus presentaciones en el Auditorio Nacional. Apareció con unos “chongos” con listones rojos que simulaban ser cuernos, y una larga trenza colgando detrás. En su primera interpretación, sorprendió con su ya conocido saco rojo luminoso, y luego fue cambiando de vestuarios (tan excéntricos como un mandil rojo y un pollo de plástico en la mano) hasta quedarse con una simple camiseta blanca. La mitad del Palacio del Arte lució repleta, con eufóricos gritos que denostaban la emoción por ver, una vez más, en vivo, a Rubén, Meme, Joselo y Quique. Al final, y ante la insistencia del público cuyo ánimo no decayó un solo momento, los Café Tacvba tuvieron que regresar al escenario para interpretar una tanda que Rubén denominó como ''la de las complacencias'', que incluía “una canción por disco”. Con su vasta experiencia, los Tacvbos se divirtieron sobre el escenario portando desde sombreros fluorescentes, hasta cascos de obrero con luces en la parte cenital de sus cabezas. Brincando, sonriendo y bailando, festejaron su trayectoria como hermanos.