El escritor, dramaturgo y actor quebequense Wajdi Mouawad salió al escenario del Teatro de la Ciudad con una veladora encendida. Empezó a contar en español: uno, dos, tres, cuatro, la gente se sumó y llegó hasta 43. "¡Justicia!", se escuchó al unísono. Una mujer agregó: "Porque vivos se los llevaron" y el resto respondió: "vivos los queremos"; el creador escuchó la arenga en silencio. Así inició ayer sábado noche el estreno en México de la obra de teatro "Seuls", escrita, dirigida e interpretada por el artista de origen libanés, considerado como uno de los teatristas más importantes de Canadá y Francia. La obra que ha sido aclamada por la crítica especializada aborda la historia de Harwan, un hombre que huyó con su familia, de su país, Líbano, en guerra, para vivir en Quebec, y trabaja en terminar su tesis sobre el director de teatro Robert Lepage. El solo del Mouawad introduce al espectador en una introspección inquietante, con reflexiones acerca del origen, la identidad, la familia, la decepción, el peso del exilio, los vínculos dolorosos con el pasado y el presente. "Seuls", estrenada en 2008, tiene el poder de la palabra, durante más de dos horas y sin descanso Mouawad recrea la mente del libanés atormentado, en claras referencias autobiográficas. El monólogo se mantiene por sí mismo, pero las conversaciones telefónicas con diversos personajes, el diálogo con su padre postrado en una cama, ofrecen un ritmo que seduce en todo momento. La obra ofrece, además, un desdoblamiento, un cambio de rumbo en la historia que deriva en la recreación en vivo de una imagen visual poderosa, una obra de arte que cobra vida al ritmo de una música reconocible "Una furtiva lágrima" y otras más con reminiscencias árabes. El creador, que dedicó el estreno de su obra en México a los normalistas presuntamente asesinados en Iguala, fue ovacionado de pie durante varios minutos.