Cannes, Francia. Uno camina junto a una gran verja de metal que una vez dividió a Arizona y México y entra a una pequeña celda donde le piden que se quite los zapatos y las medias. Alrededor se ven montones de zapatos abandonados de migrantes que han sido arrestados por la patrulla fronteriza. Cuando una luz roja se enciende, uno entra a una sala grande con piso de arena. Una banda de migrantes agotados cruza un extenso desierto y por un momento uno se les une en el ocaso polvoriento. Lo que se describe es parte del proyecto de Alejandro González Iñárritu "Carne y Arena (Virtualmente presente, Físicamente invisible)", una instalación de arte visual inaugurada esta semana en el Festival de Cine de Cannes, y la primera película de realidad virtual en la selección oficial del evento. La obra busca capturar la experiencia de los migrantes que cruzan la frontera entre México y Estados Unidos a través de siete minutos de realidad virtual que son vistos a través de un casco, sacando al espectador del cine tradicional para llevarlo en un viaje emocional. González Iñárritu, ganador de premios Oscar por "Birdman" y "The Revenant", ha estado trabajando en la exhibición por cuatro años. Con su asiduo director de cinematografía, Emmanuel "Chivo" Lubezki, ha desafiado con regularidad los límites del poder de inmersión de la gran pantalla con tomas extensas y fluidas. "La máxima tecnología con los seres humanos más hermosos es una combinación muy poderosa", dijo González Iñárritu en una entrevista. "La experiencia de trabajar con inmigrantes fue lo más inspirador y gratificante de todos estos años que le he dedicado a este proyecto". De muchas maneras, la película sobresale. Se montó en un hangar para aviones ubicado a unos 15 minutos en auto del centro del festival, y los reporteros han sido trasladados de manera individual para verla. Es uno de los boletos más difíciles de conseguir en Cannes. La exhibición abre oficialmente el mes entrante en Milán, en la Fondazione Prada, antes de presentarse en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles y en el de Tlatelolco en la Ciudad de México. Pero luego que el realizador se la mostró, el director artístico de Cannes Thierry Fremaux insistió en que la trajera a Cannes primero. González Iñárritu dijo que había quedado impactado con las historias de los inmigrantes a los que conoció mientras investigaba para el relato fronterizo incluido en su drama multinacional "Babel". "Tuve que hacer muchos viajes y mucha investigación con agentes de la patrulla fronteriza y con muchos inmigrantes de México y Centroamérica", dijo. "Y las historias que escuché y las situaciones de esta gente — que ni siquiera se acercan a lo que son ahora, y ya eran duras — me atormentaron". Gran parte del poder de "Carne y Arena" deriva no solo de colocar al espectador entre los inmigrantes por medio de la realidad virtual, sino de sus propias experiencias individuales. Estas se ven en la tercera sección de la instalación, con testimonios de alrededor de una docena de inmigrantes que participaron en el proyecto. En la pieza de realidad virtual, ellos recrean aproximaciones de sus propias experiencias, algunos incluso vestidos con la ropa que usaron en ese entonces. Varían en edad, género y nacionalidad, pero todos buscan una vida mejor para ellos mismos y sus familias. González Iñárritu no el único cineasta de Hollywood que está experimentando con realidad virtual. El mes pasado, Kathryn Bigelow estrenó "The Protectors: Walk in the Ranger's Shoes", realizada con Imraan Ismail, en el Festival de Cine de Tribeca. Esta fue una experiencia muy próxima con los guardabosques del Parque Nacional Garamba en la República Democrática del Congo, impulsada por algunas de las mismas motivaciones del proyecto del director mexicano. Los directores Jon Favreau y Justin Lin también han hecho piezas de RV. Hacer "Carne y Arena" ha convencido a González Iñárritu del potencial de este medio. "Existe una oportunidad para liberar (la imagen en movimiento) de muchas, muchas, muchas cosas", dijo. "Es un modo bastante diferente de sentir emociones o sensaciones que a veces son difíciles de expresar. Esta tecnología, pienso yo, puede ofrecer la posibilidad de experimentarlas y de articularlas con la mente en otro nivel".