Ciudad de México.-A veces dirigiendo a la Orquesta Sinfónica Normalista de Puebla y la mayoría del tiempo cantando sus éxitos, así fue el regreso de Raphael al Auditorio Nacional. "Yo juro que voy a volver siempre", expresó el español ante el júbilo de los asistentes, que lo despidieron de pie. Las decenas de músicos que lo acompañaron salieron a escena al apagarse las luces del recinto. En punto de las 20:09 horas tocó turno al cantante que apareció con un traje negro de terciopelo y corbata, que minutos después se desanudó, extendiendo los brazos y haciendo una reverencia en señal de agradecimiento. "Ahora" fue la canción con la que partieron más de dos horas de recuerdos. "Enamorado de la vida" y "Provocación" continuaron este inicio de la velada, donde por momentos se le notó ronco. Eso poco a poco quedó atrás pues su voz se fue calentando al ritmo de "Mi gran noche" y la que denominó como una de las mejores canciones de su historia en "Se me va", para que luego la potencia se apoderara de su interpretación en "Despertar al amor". "Señoras y señores, un verdadero placer estar de nuevo aquí en México y cada vez que vengo trato de hacer el espectáculo diferente hoy con la orquesta sinfónica y quien les canta", saludó para dar pie a "Digan lo que digan", con la que paró la música e hizo que volvieran a iniciar. Uno por uno fueron pasando temas clásicos de hace varios años tales como "Yo sigo siendo aquel", "Te estoy queriendo tanto" o "No puedo arrancarte de mi", para dejar descansar a la orquesta y solamente con un piano seguir con "Por una tontería", en la que como acostumbra dentro de sus actos dramáticos y hasta teatrales vació su vaso de agua en el escenario. Una guitarra acústica lo guio en "Gracias a la vida", "Que nadie sepa mi sufrir", "Cuando llora mi guitarra" y fue aplaudido al dar algunos pasos de baile al inicio de "Sombras". Nuevamente con los músicos de cuerdas y vientos canciones como "Que tal te va sin mi", "Cuando tú no estás" y "Detenedla ya" tuvieron un toque diferente, cuando de pronto todos enloquecieron con sus movimientos durante "Estuve enamorado". Siempre sonriente y recibiendo el cariño puso voz a "Desde aquel día", "Maravilloso corazón", "En carne viva", "Escándalo" y "Ámame", con la cual dijo adiós. Pero nadie quería irse, ni él. Es por eso que complació con canciones que no podían faltar en su repertorio y que además de darle reconocimiento son parte de su vida. "Que sabe nadie" y "Frente al espejo", con la que rompió como en cada concierto un cristal con su silla, fueron coreadas. Aún así, los gritos por más continuaban así que Raphael miró su reloj y entregó "Yo soy aquel" y "Como yo te amo", para irse a las 22:47 horas. "Otra, otra", sonaba unísono por lo que no pudo mostrarse indiferente y regresó una vez más, aunque a decir unas últimas palabras y mandar besos. "Ustedes saben que mañana tengo concierto a las seis, así que ahora con el permiso me voy a dormir", dijo acompañado de señas.