El contrato que firmaron The Beatles con el representante Brian Epstein y que les lanzó a la fama en 1962 se vendió en una subasta en la casa londinense Sotheby’s por 365 mil libras (554 mil 541 dólares). Los cuatro integrantes del grupo —John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr— rubricaron pocos días antes de publicar su primer sencillo, “Love me do”, un documento que permitió a Epstein controlar los pormenores del despegue de la banda. El contrato daba al mánager la última palabra en “todos los asuntos relativos a la vestimenta, maquillaje y aspecto del grupo”, y le daba poderes para despedir a alguno de los músicos si se producían disputas entre ellos. “Sin este contrato y la relación que selló sería inconcebible que The Beatles hubieran alcanzado el mismo éxito. Era necesario algo más que inspiración musical y composición para reinventar la música popular”, sostuvo Gabriel Heaton, especialista en Libros y Manuscritos de la casa de subastas. La implicación de Epstein en el día a día del grupo le llevó a ser conocido como “el quinto Beatle”. Cuando en agosto de 1967, con 32 años, fue hallado muerto en su apartamento del barrio londinense de Belgravia por una sobredosis accidental de medicamentos, el grupo le rindió tributo: “Le queríamos. Era uno de nosotros”, afirmó John Lennon. Muchos de sus seguidores consideran que la influencia de The Beatles no fue sólo a nivel popular. Desde el punto de vista cultural, The Beatles cambiaron el conjunto de modos de vida; creencias (valores); costumbres; conocimientos y grado de desarrollo artístico; científico, tecnológico, industrial y comercial. Los músicos fueron los iconos de la llamada “contracultura de los años 60” del siglo XX.