En una época donde lo audiovisual acapara la atención, donde estamos rodeados de imágenes por todas partes, el teatro parece ser nuestra única tabla de salvación para conservar el toque humano. Pese a los avances tecnológicos y la facilidad de acceso a imágenes de todo tipo, algunos sociólogos han comenzado a detectar cierto cansancio de lo audiovisual. Por ello los conciertos están llenos (no provoca el mismo efecto un DVD que ‘en vivo’). Con el teatro pasa algo similar: hay necesidad de verlo en directo… pero hoy por hoy nadie parece notar esa necesidad. El teatro tiene una gran ventaja: siendo mentira, paradójicamente, es verdad, y con eso no hay quien pueda. Aquí algunos secretos que seguramente ni te imaginabas del teatro moreliano. 1.- Es todo un teatrito hacer teatro No resulta nada fácil hacer teatro en Morelia. Los incautos novatos pretenden ver cristalizados sus ideales con el nombre de su obra engalanando las marquesinas del hermoso centro histórico… pero en la práctica, aterrizando en la realidad, se dan cuenta que su lindo cartel no puede ocupar las placas metálicas ubicadas en las esquinas del centro (para publicidad). Primero se tienen que enfrentar al “Pegotes”, así le llaman al encargado de pegar la publicidad ahí. Hay que contratarlo, de otra manera, el cartel no durará ahí ni 20 segundos visible. Este es solo uno de los primeros gastos inesperados y fuertes para un idealista soñador que hace todo por amor al arte. 2.- El teatro en Morelia no tiene público adecuado “El de Morelia es un público sumamente condescendiente, con las estrellas de televisión son agradecidos y hasta aplauden de pie; no alaban el hecho escénico, sino la presencia de los artistas famosos. De igual manera sucede con las producciones michoacanas, no sé si sean familiares o amigos, pero el público es muy accesible, y creo que eso es malo, considero que debería ser más exigente; ya que algunos grupos al sentirse ovacionados, “se la creen” aunque el producto deje mucho que desear”, dice sin tapujos Copérnico Vega. “Un público más exigente obligaría a más de alguna agrupación a mejorar sus resultados”, agrega. 3.- El teatro no funciona ni interesa “No hay promoción que apoye al teatro, ni una cartelera adecuada, a los medios no les importamos… y quizá tengan razón porque el teatro no está sirviendo a la sociedad, no está cumpliendo con los objetivos que son representar lo que sucede en la sociedad, involucrar a la gente, hablar de su problemática… El teatro es una convención humana, y si a la gente no le interesa no funciona”, dice Juan Carlos Arvide, quien agrega “El teatro que estamos haciendo solo sirve para el círculo que está cerca de nosotros, tienen que venir a vernos porque no les queda de otra… pero no es un teatro que esté sirviendo a la sociedad”. 4.- Al público de Morelia no le gusta pagar “La gente sí está mal acostumbrada a no pagar por un boleto para el teatro, aunque les guste y aunque lo disfruten. Se han acostumbrado a que los eventos culturales sean gratuitos”, confirma Manuel Barragán. “Hay gente que tiene posibilidad de pagar y simplemente no le gusta pagar”, dice. 5.- La mayoría no conoce el teatro “Hay gente que jamás en su vida han visto una obra de teatro, nos hemos encontrado en colonias con personas de 70 años que nos han dicho: “es la primera vez que veo teatro en mi vida”, relata Barragán. 6.- Hay teatros bien bonitos Actualmente gracias a un proyecto del gobierno federal, se han rehabilitado y remodelado varios teatros en Michoacán, que datan del siglo pasado, construidos durante el porfiriato. Algunos ejemplos son el teatro Cenobio Paniagua en Tlalpujahua, y otros como el de Maravatío, San José de Gracia y Salvador Escalante. “Ahí lo que nos ha hecho falta es la afluencia de público, y es que en los pueblos la gente no sabe que los teatros sirven para dar funciones, sino que se utilizan como auditorios para reuniones de agricultores o para graduaciones”, relata Manuel Barragán. 7.- No existen productores teatrales No hay productores teatrales en Morelia. “Se ha madurado la figura de director, se ha madurado la figura del actor, pero no tenemos ninguna figura de productor teatral; alguien que tenga capacidad de gestión y esté solucionando problemas para el bien de todos. Y es que los que nos dedicamos a esto hacemos todo: montamos, actuamos, gestionamos y producimos”, explica Barragán. 8.- El teatro es una farsa Cada año se realiza en Morelia el montaje de la obra “Don Juan Tenorio” a cargo de la “Compañía estatal de teatro”, una compañía que no existe. Simplemente se convocan a actores para el montaje (provenientes de distintos grupos y compañías) y es lo único que se hace al año. La Compañía Estatal de Teatro es una mentira, porque si esa compañía existiera, debería estar funcionando constantemente, encontrar la forma de llevar teatro de alto nivel al público, pero nada de eso sucede. 9.- No hay espacios para el teatro De entre todos los foros en Morelia, solo hay 4 con mecánica teatral adecuada: El Teatro Ocampo, el Teatro Morelos, El Teatro Stella Inda y el Foro la Bodega, aunque en éste último suelen cancelar funciones cuando hay lluvia, pues se inunda. 10.- Abundan las comedias El corral de la comedia es el único foro que está forjando espectadores, aunque casi exclusivamente para la comedia. Es el único lugar en Morelia que está constantemente lleno y con público cautivo. Para leer el especial completo, no te pierdas la edición impresa de La Voz de Michoacán.