Notimex/ La Voz de Michoacán Ciudad de México. Aun cuando el cáncer gástrico es el segundo más mortal y el quinto más común en México, en muchos de los casos no se detecta a tiempo, debido a que muchos de los síntomas pueden asociarse con otras enfermedades, lo que podría ocultar un tumor maligno, advirtió la gastroenteróloga Margarita Dehesa. Detalló que actualmente en México “no existe un Programa Integral de atención, prevención, diagnóstico, tratamiento, control y vigilancia del cáncer gástrico”, de ahí que 65 por ciento de los pacientes que padecen cáncer gástrico son diagnosticados en etapas avanzadas o metastásicas. La edad promedio que tiene una persona cuando es diagnosticada con ese mal es de 58 años, mientras que 55 por ciento de los pacientes que fallecieron por una neoplasia de ese tipo tenían menos de 70 años, lo que convierte al padecimiento en uno de los más agresivos. Por ello, la especialista destacó la necesidad de encontrar una estrategia integral para su atención, la cual es impulsada por la campaña “Hazlo Visible: ¿y tú qué sabes de cáncer gástrico?”, que promueve el conocimiento de este padecimiento en México. Los cánceres del aparato digestivo tienden a desarrollarse lentamente, sin embargo, antes de que se forme un verdadero cáncer, a menudo ocurren diversos cambios precancerosos en el revestimiento interno (mucosa) del estómago, expuso la médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Subrayó que estos cambios tempranos casi nunca causan síntomas y, por lo tanto no se detectan; sin embargo, cuando este cáncer avanza, existen síntomas que podrían ayudar a diagnosticarlo. Entre esos padecimientos están malestar impreciso en el abdomen, justo encima de la zona del ombligo; sensación de plenitud, incluso después de cada comida; sangre en las heces con apariencia negruzca y olor muy fétido, así como acidez e indigestión constantes relacionada con y sin ingesta de alimentos. Asimismo, se presenta dificultad para tragar, pérdida de peso sin razón aparente, falta de apetito con sensación constante de saciedad, gastritis severa y persistente, además de náuseas o vómitos que pueden tener presencia de sangre. Cuando los síntomas y signos sugieren que la enfermedad podría estar presente, es necesario realizar una endoscopia, con la que se puede tomar una biopsia para confirmar o descartar el diagnóstico, concluyó la gastroenteróloga Margarita Dehesa.