Ciudad de México.- Ya estás grande y posiblemente ya tengas hijos propios, pero nunca es demasiado tarde para agradecerle todo lo que hizo por ti. Porque, además de haberte dado la vida, te ayudó a vivirla. - Nadie te cuidó mejor: Tal vez ya no vivan juntas, tal vez ya estés casada, tal vez ya vivas muy lejos de ella… pero no hay persona en el mundo que pueda cuidar mejor de ti cuando estás enferma o te sientas mal. Y aunque ahora ya no puede hacerlo, esos momentos hicieron una gran diferencia. - Sí le mentiste: Fuiste tú quien rompió su lámpara favorita, también le diste de comer tu sándwich al perro porque no te gustó. Seguramente ya lo sabe, pero nunca es tarde de reírse de todos esos momentos llenos de culpa. - Y la desobedeciste: Tomaste el carro sin permiso… ¡y lo chocaste! También aprendiste a fumar aunque te prohibió hacerlo desde pequeña. Y a pesar de todo eso, ella te siguió amando y cuidando de todo lo malo que el mundo quería hacerte. - Siempre te dijo que estaba orgullosa de ti: Asistió a todos tus festivales (pidiendo permiso para faltar a su trabajo) y fue tu mejor porrista en todas las premiaciones. Si nunca te lo dijo, nunca lo dudes, estuvo orgullosa de ti, pero, ¿acaso tú le dijiste alguna vez que estabas orgullosa de ella? - Tenía razón en todo: Nadie vio más por ti que tu propia madre y, aunque antes pensabas que siempre estaba en tu contra, ahora puedes entender por qué te prohibió salir con una falda tan corta. - Te enseñó de todo: Primero te enseñó a vivir, y luego a mantenerte viva. De no haberte obligado a cocinar con ella o a lavar los platos, seguramente tu vida independiente sería todo un fracaso. - Toleró tu adolescencia: Bien pudo haberte corrido de la casa a los 16 años, pero no lo hizo. Esa versión tuya no fue la mejor de tu vida, pero ella vio que sólo era una fase, y te esperó a sobrellevarla para quedarse contigo. - Dio lo mejor de sí misma: ¿Alguna vez le dijiste que fue una buena mamá? Porque te aseguramos que ella dudó de sí misma y sus habilidades maternas por mucho tiempo… ¡y mírate! Si hizo un gran trabajo, tal vez sea hora de decírselo. - Es tu mejor aliada: No hay nadie en el mundo que te apoyará más que tu madre; te buscará recetas para tu dieta, lugares para hacer ejercicio si en alguna ocasión le dijiste que querías hacer yoga. No importa si te des por vencida con la dieta, con el novio o la escuela, ella nunca perderá su fe en ti.