Tony Lagerfeld/ Colaborador de moda La Voz de Michoacán Diseñador, artista, fotógrafo, genio del marketing, ilustrador, pintor, director, productor, ícono del estilo, legendario, visionario y tantas cosas más, ese era el mejor conocido como director creativo de Chanel y Fendi, Karl Lagerfeld odiaba las selfies pero se decía culpable de su propia fama “soy demasiado reconocible”, luego de su muerte el martes 19 de febrero de 2019 en París, deja un legado artístico para la eternidad comparable con el de la mismísima Coco Chanel. Sus inicios “Mi infancia fue muy simple, sólo quería una cosa, salir de ese lugar (su lugar natal en Hamburgo, Alemania) y crecer, odiaba ser niño, por eso a los 6 años ya podía hablar inglés, francés y alemán”, en sus propias palabras, así es como Karl describe su infancia en Alemania junto a su madre, “tuve una muy buena infancia, nunca jugué con niños, siempre estaba dibujando o leyendo, no me llevaba muy bien con mi hermana ni mi media hermana, me llevaba mejor con mi padre y todavía mejor con mi madre” de quien admitió nunca fue a uno de sus shows ya que no quería ver “para quien su hijo trabajaba”. Con un apetito voraz y sus aspiraciones de algo más Lagerfeld viajó a los 14 años a París donde iniciaría su carrera como diseñador tras ganar un concurso de diseño en lana, con lo que se convirtió en alumno de Pierre Balmain y colaborador de Yves Saint, luego de la revolución que fueron los 70 Lagerfeld vaticinó la muerte de la alta costura como se conocía por lo que abandonó al diseñador de inició su propio camino estableciéndose como una figura importante y favorito de la socialité con trabajos en Chloe y Fendi, posteriormente hizo lo que creían imposible, rescatar la casa de moda fundad por la brillante Gabrielle Coco Chanel que después de una década de fallecida la diseñadora estaba al punto de la bancarrota, ahí es cuando Lagerfeld entró a la escena como la “power house” en la que se convirtió. Problemas de sobrepeso No siempre tuvo la figura con la que le vimos recientemente, en la década de los 90 ya dominaba al mundo pero como el repetía en la frase “no puedes tener la mantequilla y el dinero para la mantequilla” la fama se le vino encima y los reflectores estuvieron sobre el, ya que por una parte se mostraba muy firme y estricto sobre su postura defendiendo la delgadez de las modelos con quienes trabajaba pero por la otra sufría de sobrepeso, condición que intentaba ocultar usando un abanico cada vez que salía al final de sus shows a recibir la ovación del público. Karl vivió así algunos años, hasta que Anna Wintour, editora de la Vogue norteamericana y considerada la mujer más importante en el mundo de la moda, le aconsejó que bajase de peso, casi por arte de magia después de ese “slimdown” su imagen se empezó a construir en lo que hoy conocemos como la icónica figura del Lagerfeld de pantalones ajustados negros, cuellos alto, lentes oscuros y coleta de caballo, cuando le preguntaron sobre su adelgazamiento Karl astutamente contestó que lo primero que haría después de bajar de peso sería ponerse unos jeans de Chanel, una respuesta genial si consideramos que fue él quien trajo la mezclilla a la firma francesa haciéndola “cool” y muy actual en ese entonces. El Káiser Ya le conocían y adoraban en el mundo de la moda por su particular genialidad y sentido del estilo, pero gracias a la globalización y a su estratégica elección de celebridades en la alfombra roja ganó mayor exposición y relevancia a principios de los años 2000, con mayor precisión en 2002, con el desarrollo del internet y la cultura de las celebridades en el siguiente nivel, el mundo quedó completamente enganchado al look que Karl diseñó para Nicole Kidman en la alfombra roja de los Oscars, un vestido de capas en transparencias rosa adorablemente espectacular, tuvo tanto éxito que la eligieron como la nueva imagen de Chanel no.5, la icónica fragancia de la casa de Chanel. Junto con Nicole vinieron Keira Knightley, Audrey Tautou, Madonna, Margot Robbie, Stella Tennant, Baptiste Giabiconi, Cara Delevingne, Pharrel Williams y hasta las Kardashians a formar parte del harem de musas de la moda del diseñador que al mismo tiempo que crecían en fama se la daban al elevando aún más su persona en el mundo. Genio del marketing con el toque de midas En años recientes lo que Karl tocaba se volvía no de oro, ¡de platino!, de algún modo lograba que todo lo que estuviera con él ganara fama y fortuna masivas, incluyendo a su gato, sí, su gato Choupette al que decía querer como un hijo y a quien dedicó y registró una colección de maquillaje con la que reportó ingresos por más de 2 millones de euros. No sólo Choupette fue un ganador, uno de sus musos, el modelo Baptiste Giabiconi, con quien se rumoró tuvo una relación sentimental, fue otro de sus bendecidos, luego de Lagerfeld recibió fama y fortuna por todo el mundo, al igual que su guardaespaldas Sebastian Jondeau, quien fue de guardaespaldas a modelo internacional y hasta diseñador de moda, todo, claro, después de convertirse en la estrella de sus posts en redes sociales. Para entender todo esto mejor, tenemos que remontarnos en el tiempo a la década de los 70 cuando Lagerfeld llegó a Nueva York y se enroló con el padre el arte pop Andy Warhol, al parecer el Kaiser supo trasladar el genio de Andy convirtiéndose en lo que la super modelo Claudia Schiffer describió como “el Warhol de la moda”. Los espectaculares shows de Chanel Desde que empezó a crecer a niveles internacionales, Karl convirtió a los shows de Chanel en una obra de arte, llevando la marca a lugares de fantasía espectaculares con cada show, por lo que vimos a las colecciones en el Grand Palais ser transportada bajo del mar, al espacio exterior, a la ruinas griegas, a la playa e incluso al lanzamiento de una nave espacial. La casa de moda Chanel ya confirmó que la mano derecha de Lagerfeld por 30 años Virginie Viard será la sucesora del diseñador en esa firma, por otro lado aún esperamos confirmación de las marcas de Fendi y la propia para saber quién quedará en lugar del Káiser.