El Universal/La Voz de Michoacán México. Los doctores están alarmados por la nueva práctica sexual que se ha difundido por varios países. Esta se llama Chemsex y es la combinación entre el sexo y las drogas. El consumo de drogas y tener sexo sin protección alguna son dos grandes factores de riesgo para la salud. Es por ello que los médicos están alertando sobre esta nueva moda, puesto que combina estos grandes males. Chemsex es un acrónimo en inglés de las palabras “sustancia química” y “sexo”. Esta práctica sexual es potenciada por el consumo de drogas la cual puede que generar varias de enfermedades de transmisión sexual como sida, hepatitis o sífilis debido que las personas no optan por protegerse. “Esta palabra se utiliza en Reino Unido para describir el sexo intencional bajo la influencia de drogas psicoactivas, sobre todo entre hombres que tienen relaciones con hombres”, explicaron Hannah McCall, Naomi Adams y David Mason en la British Medical Journal. “Se refiere particularmente al uso de mefedrona, y-hidroxibutirato (GHB), y-butirolactona (GBL) y metanfetamina de cristal. Estas drogas se suelen combinar para facilitar las sesiones sexuales que duran muchas horas o días con múltiples parejas”, advierten. Lo que quiere decir que son un impulsor que permite que las orgías duren por más tiempo. Ya que el cristal y la mefredona incrementan el ritmo cardíaco y crean una sensación de agitación sexual. Mientras que el GHB es un fuerte desinhibidor y analgésico que te hace sentir más relajada. “Los informes anecdóticos y algunos pequeños estudios cualitativos en Reino Unido muestran que la gente que lleva a cabo ‘chemsex’ reconoce tener mejores relaciones sexuales, al reducir las inhibiciones e incrementar el placer. Facilita una excitación sostenida e induce un sentimiento de entendimiento inmediato con las parejas sexuales”, se lee en el artículo. Es por ello que los números de esta práctica han aumentado en los últimos años. Efectos de esta práctica Los expertos aseguran que cuando las personas consumen estos estimulantes pueden perjudicar su vida. “La mefedrona y el cristal pueden crear una dependencia psicológica muy fuerte, y el GHB crear una peligrosa dependencia fisiológica”, advierten. “Los datos de los usuarios de estos servicios sugieren que la media es de cinco parejas por sesión y que el sexo sin protección es la norma”, señalan. Por lo que es normal contraer sida o hepatitis durante esta práctica desenfrenada.