Adrián Bucio/ La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. ¿Han llegado las vacaciones y no sabes en qué curso de verano inscribir a tus hijos? Los motivos para enviarlos a un curso pueden ser varios: deseo de que adquieran nuevas habilidades, aprendan sobre cierta disciplina o actividad, se desenvuelvan mejor en algún deporte, amplíen sus conocimientos en ciertas materias o que tengan experiencias inolvidables. Sin embargo, ante la variedad de cursos existentes, ¿cuál es el más indicado o pertinente? Es importante determinar o planear previamente si es conveniente o útil que los niños sigan con actividades estructuradas y horarios fijos durante sus ratos libres, o si por el contrario quieren salir de viaje en familia para pasar el tiempo en conjunto. Las vacaciones se deben planear. Lo cierto es que los cursos pueden ser de gran ayuda para papá y mamá, y por supuesto para los pequeños, ya que muchas veces se pueden desarrollanlas habilidades de los niños durante el periodo vacacional. El consultor pedagógico Alexis Rangel explica que los cursos de verano se deben elegir de acuerdo a los intereses o necesidades de los niños, y asimismo, la decisión final debe ser analizada con ellos. “Si los padres eligen arbitrariamente el curso de verano, ya sea porque ellos creen que es el más conveniente para que el niño desarrolle sus habilidades o por cualquier motivo, puede haber riesgo de que al pequeño no le interese; así se pierde toda la funcionalidad que el curso puede llegar a tener. Simplemente, si el infante no está con la disposición de asistir a dicha actividad se sentirá obligado y lo verá como un castigo”, afirma el especialista. El objetivo de los cursos de verano debe ser llevar a los niños a otros escenarios y enriquecer sus experiencias de vida”, menciona Alexis. Ahora, dependiendo del curso, también se pueden reforzar algunos conocimientos adquiridos en la escuela, como las matemáticas, ciencias naturales y demás. Sin embargo, el especialista enfatiza que “todas las opciones deben ser consensadas en familia, incluyendo a los pequeños. De esa manera los niños irán a un sitio que ellos eligieron y su autoestima subirá al sentirse con la posibilidad de ser tomados en cuenta en algunas decisiones importantes. Además, en caso de que el curso se vuelva un fastidio para los más chicos, puede haber una desmotivación al momento de regresar a la escuela”. Un punto a considerar en la elección de un curso de verano, según la psicóloga Selene García, es el estilo de vida que se lleva actualmente en la familia, como la relación con las actividades de educación, aprendizaje y recreación; si estos aspectos se analizan, será mucho más fácil determinar qué experiencias puedenaportar para el desarrollo integral de los más pequeños del hogar. Para más información consulte la edición impresa del 24 de junio.