Notimex/La Voz de Michoacán México. El mal manejo de las emociones ante un diagnóstico de diabetes podría poner en riesgo el tratamiento del paciente, según especialistas. Cuando un niño es diagnosticado con esa enfermedad, los padres reciben un fuerte impacto emocional, ya que es una condición crónica que requiere tratamiento y cuidados para toda la vida. Christian Lugo, gerente académico de la Federación Mexicana de Diabetes, afirmó que es importante hablar de las emociones porque cuando recibimos un diagnóstico de diabetes entramos en una etapa de duelo y ésta tiene cinco pasos: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Destacó que los expertos deben dar seguimiento y atender cada etapa para cuidar la salud de las personas. Al momento del diagnóstico, los padres enfrentan sentimientos de confusión, se preguntan por qué su hijo tiene diabetes, qué pudo haber causado esta condición y enfrentan sentimientos de culpa. Se sienten decepcionados, entran en duelo y temen que su hijo no tenga un desarrollo normal y que su vida transcurra sin éxito. Datos de la Federación Internacional de Diabetes señalan que “existen aproximadamente 186 mil nuevos casos de niños menores de 15 años que viven con diabetes y más de un millón 100 mil casos de jóvenes menores de 20 años que tienen esta enfermedad”, expuso el especialista. En entrevista con Notimex, comentó que el rol del psicólogo dentro del equipo multidisciplinario de atención es justamente acompañar, en primer lugar, al paciente en el proceso de duelo y el tránsito por todas sus fases, pero sin dejar atrás a sus cuidadores primarios y círculo familiar. Las manifestaciones emocionales que se pueden registrar son enojo y negación, las cuales van a la par. También, agregó, puede ser ira y agresividad y se cuestionan ¿por qué a mi hijo? o ¿qué hicimos mal? Le sigue la negociación, los padres se comprometen a hacer todo lo posible para que su hijo lleve un tratamiento adecuado; la depresión surge cuando no ven los resultados adecuados en cuanto a metas de control. Finalmente los padres de familia aceptan el padecimiento y es hasta entonces cuando buscan ayuda profesional de la salud, se informan más sobre este padecimiento y aprenden a vivir con ella, haciendo cambios favorables en el estilo de la vida familiar. El especialista hizo hincapié en que lo importante es que tanto el niño como los familiares sientan que la diabetes no es un límite para sus vidas. Para aprender a vivir con diabetes, Christian Lugo se refirió a las recomendaciones que hace la Asociación Americana de Educadores en Diabetes, para quien es indispensable comer sanamente, mantenerse activo, medirse constantemente los niveles de glucosa, seguir tratamiento médico, aprender a enfrentar retos, reducir los riesgos para evitar amputaciones y tener ante todo una actitud positiva.