Flores que celebran a nuestros muertos (video)

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Foto: Victor Ramírez. 5 meses de cuidado necesitan las flores de cempasúchil

Daniela Saucedo/La Voz de Michoacán

 

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Morelia, Michoacán. Una de las costumbres más arraigadas en todo el mundo, es llevar flores a nuestros seres queridos ya difuntos, esto se hace como un acto ceremonial de honrar al fallecido, pero ¿cuál es realmente el propósito? Algunos creen que es una estrategia de la industria de la floristería, pero en realidad es una tradición que tiene más de 13 mil años ¿sabías eso?

Los egipcios eran una de las comunidades que mejor trataba a sus difuntos, específicamente a los faraones. Además de bañar los cuerpos en aceites y perfumes, enterrarlos junto a sus objetos favoritos y otra cantidad de rituales ceremoniales, los enterraban con plantas y flores aromáticas, que simbolizaban la belleza del ciclo de la vida y el renacer del cuerpo.

Algunos historiadores presumen, que los egipcios hacían toda clase de rituales para evitar que sus difuntos se molestaran y decidieran arrastrarlos al mundo de los muertos, las flores jugaban un papel fundamental porque adornaban las tumbas y las hacían ver más vistosas.

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El primer registro de una tumba decorada con flores data de hace 13.000 años en Israel, donde un grupo de arqueólogos descubrió restos de plantas aromáticas y florales en los alrededores de lo que para el momento era un “cementerio”.

En la antigüedad, los muertos se mantenían en las casas de 3 a 4 días mientras las familias se preparaban para despedirlos, como era imposible frenar la descomposición del cuerpo, se adornaban con flores aromáticas que disimularan los olores que desprendían los cuerpos.

Cada noviembre, las familias de México esperan a sus difuntos para recibirlos y agasajarlos con los alimentos, bebidas que disfrutaban en vida y las flores que les gustaban para ponerlas como un bonito adorno. Esta costumbre le da un cierto sabor de esperanza a la muerte, la cual nunca es definitiva ya que, al menos una vez al año, se vale regresar al mundo de los vivos.

El altar de muertos es el centro de esta celebración y sus elementos son una mezcla de tradiciones prehispánicas y católicas que se funden para celebrar la muerte.