Redacción/La Voz de Michoacán Ciudad de México. Ignacio Anaya García nació tal día como hoy, 15 de agosto, hace 124 años, en 1895, en una localidad mexicana del estado de Coahuila llamada Acuña. Poco más se sabe de su vida aparte de que se casó con María Antonieta Salas, con quien tuvo nueve hijos, y que durante más de 18 años vivió en Piedras Negras, dentro del mismo estado mexicano, y el lugar en el que se fraguó su leyenda. Ignacio Anaya fue el creador improvisado de los nachos, un plato tan sencillo como original y que dicen que en la actualidad es más consumido que los perritos calientes en los estadios deportivos de Estados Unidos. Aunque García se negó a patentar su creación: "Es solo una colación para mantener a mis clientes felices y bien alimentados", según los informes, "es como cualquier otro plato de la frontera", su nombre ha pasado a la historia. Cada octubre, Piedras Negras acoge el Festival Internacional de Nacho, y la ciudad ha erigido una placa en su honor, un monumento conmemorativo del delicioso legado de un hombre. ¿Cómo surgieron? Un grupo de mujeres estadounidenses, esposas de soldados estacionados en la cercana Base Aérea del Ejército Eagle Pass, se detuvo para pedir un aperitivo. Incapaz de encontrar un chef, García tomó el asunto en sus propias manos, improvisando el sabroso manjar para el deleite de sus clientes.