Erika Conejo/La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Ser mamá es la experiencia más hermosas de la vida de una mujer y una gran responsabilidad. Dar vida a otro ser humano conlleva dedicación, tiempo y compromiso. Después de los nueve meses de embarazo, se han superado los nervios del parto y del nacimiento del bebé, pero es tiempo de volver a casa e iniciar una nueva vida. Es normal sentirte novata ante la fragilidad del pequeño cuerpo del bebé, el no saber qué quiere cuando llora, la adaptación a la lactancia, el cansancio por la falta de sueño, el vínculo entre papás y el bebé, las enfermedades o el simple baño, son eventos llenos de emociones que ponen muy nerviosa a la mamá. La llegada La incertidumbre y el miedo del primer bebé pueden ser inevitables, sin embargo, la información al respecto y abordaje de temores e inseguridades, puede dar seguridad, confianza, protección, y comprensión en los futuros padres. “A pesar de que hasta el momento de tener al bebé en brazos es cuando nos familiarizamos con la experiencia, el hecho de prepararnos previamente y poder expresar lo que sentimos hacia lo que nos espera, genera una calma y una mayor estabilidad emocional que permite afrontar la experiencia con mayor satisfacción y soltura”, comparte la psicóloga familiar Olga Calderón. Debemos tener consiente que llegarán muchos consejos de todo el mundo acerca de cómo cuidar al bebé: desde cómo dormirle hasta qué ropa ponerle, puede no ser siempre productiva. Demasiada información sobre lo que debe y no hacerse puede llegar a confundir y agobiar a la mamá, debes seguir tu propio criterio y familiarizarte con el bebé, aunque eso no quiere decir que no puedas aceptar consejos o tener un apoyo adecuado proporcionado y profesional. Lactancia y vínculos Cuando mamá da el pecho a su hijo se establece un momento mágico, en la que no sólo ofrece alimento, sino un contacto tan íntimo que a nivel neurológico se producen estimulaciones en el cerebro del bebé y la madre, dando pie a elementos necesarios para que siga el apego y se refuerce el vínculo madre-hijo, comparte Elena Leyva, educadora Perinatal certificada por la Facultad de Educación de la Universidad Anáhuac y LAMAZE International. Por otro lado no sólo mamá puede lograr ese vínculo, papá aunque no de lactancia puede conseguir ese vínculo especial durante las primeras horas y días posteriores al nacimiento, ambos establecen una profunda conexión con el pequeño con el simple contacto físico. Por otro lado la educadora recomienda colocarlo en el regazo, acariciándolo suavemente de distintas formas, donde tanto mamá como papá pueden aprovechar la oportunidad para establecer contacto “piel a piel” con el recién nacido mientras lo arrullan o lo alimentan. En ocasiones por problemas de salud, enfermedades o desconocimiento no se amamanta al bebé, por lo que Elena recomienda a todas las mamás informarse y acudir a centros o grupos donde se den talleres y pláticas a mamás primerizas para que no dejen de amamantar. En tanto la consultora de lactancia y doula Adriana Rentería comparte algunos cuidados necesarios con un bebé, para mamás primerizas.