Las relaciones a distancia, tanto las amistosas como las amorosas, se vuelven cada vez más comunes gracias a las facilidades que ofrece la era digital para estar en contacto. A pesar de esto, las personas parecen tener cierto pesimismo frente a los amores separados por miles de kilómetros. Y claro, hay muchos factores que inciden para que estas relaciones se mantengan o no. Un estudio realizado por los investigadores Crystal Jiang y Jeffrey Hancock de las universidades de Hong Kong y Cornelle, respectivamente, asegura que este tipo de relaciones donde hay una gran distancia geográfica generan una mayor intimidad y vínculos más fuertes a partir del desarrollo de una comunicación más profunda y asertiva. Jiang y Hancock hicieron un experimento comparando las interacciones diarias de 30 parejas a distancia y 33 que vivían cerca. Todo contaba: los encuentros frente a frente, las llamadas, mensajes, videollamadas y correos electrónicos. Cada interacción tenía una puntuación de uno a siete de acuerdo con la información personal que compartían entre sí y qué tan cercanos se sentían después de ese intercambio. Los resultados, publicados en Journal of Communication, mostraban que las parejas a distancia tenían una mayor intimidad porque compartían más de sus anécdotas del día, de lo que sentían y pensaban, y también tendían a idealizar más el comportamiento del otro. “Las parejas a distancia se esforzaban más por comunicar afecto e intimidad que las que se encontraban cerca”, dijo Jiang en esta misma investigación. Todo en perspectiva Como cada pareja es un universo distinto hay que tener en cuenta sus condiciones particulares. “No es lo mismo si tuvieron un vínculo presencial largo y viven lejos hace poco, o si se conocieron por Internet, ya que en estos casos es cuando más se idealizan los comportamientos y sí puede generarse más intimidad”, asegura Álvaro Bonilla, psicólogo. Según Bonilla, las claves para que una relación de estas funcione es la fortaleza del vínculo, una comunicación constante y, por supuesto, la confianza. “Deben estar en capacidad de expresar incluso la necesidad de la presencia física y lo que hacen para compensar esta carencia”, asegura. Y aunque la distancia amplifica la sensación de soledad, haciendo que algunas personas lleguen a buscar experiencias de afecto cercanas, tanto Jiang como Bonilla están de acuerdo en que tiene aspectos positivos: como comprobar que el vínculo permanece intacto a pesar de la lejanía y que la relación va más allá de la presencia física. “Puede dar lugar a charlas más profundas, donde se comparte la esperanza de un futuro juntos”, concluye Jiang. Tips para la lejanía Según Álvaro Bonilla, para mantener una relación a distancia: Deben hacerse acuerdos iniciales sobre lo que se espera del otro. Establecer rituales de comunicación semanales. Trabajar en el día a día para vivir el aquí y el ahora mientras la otra persona está lejos. Mantener un marco de confianza y sinceridad en la comunicación que fortalezca el vínculo.