Siempre se creyó que el ser humano en su vida adulta dejaba de originar neuronas nuevas; actualmente se sabe que éstas se siguen generando al menos en dos áreas del cerebro, el hipocampo y el bulbo olfatorio. La pregunta que se han hecho los neurofisiólogos es para qué sirven las neuronas nuevas. Al parecer, su papel está relacionado con el aprendizaje y la memoria, ya que nacen en el hipocampo, en donde se forman todos nuestros recuerdos. Un experimento realizado por el doctor Alonso Martínez Canabal, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, comprobó que hay condiciones en la edad adulta, que favorecen que el ser humano siga produciendo neuronas. "Cuando una persona realiza ejercicio físico crea cientos de neuronas nuevas, las cuales tienen un papel fundamental para olvidar cosas evitando la saturación de la memoria”, comentó el investigador. Ventajas del olvido La tesis doctoral de Alonso Martínez consistió en experimentar con ratones adultos. A uno de los roedores se le hizo correr y al otro no; a ambos se les enseñó dónde se encontraba una puerta de escape dentro del laberinto acuático de Morris, el cual se emplea para medir la memoria y que es una especie de piscina, en donde se introduce a los animales y ellos tienen que recordar la salida. Los resultados mostraron que el ratón corredor no recordaba dónde estaba la puerta de escape y el que no se ejercitó sabía dónde estaba la salida. “Las nuevas neuronas están ahí para olvidar, lo que es importante para enfrentarnos al mundo cambiante”, agregó Martínez. La investigación aporta elementos para entender la amnesia infantil. Esta se genera por la producción exacerbada de neuronas nuevas, razón por la cual no podemos recordar nuestro nacimiento. Si un niño está produciendo muchas neuronas, no recordará de qué sabor era su pastel cuando cumplió un año. "Lo que es importante para un niño es lo que se repite. Nuestro cerebro desecha todos los recuerdos que son obsoletos o irrelevantes para nuestras vidas, para poder aprender cosas nuevas. Olvidar es dejar ir, pero también poder reaprender en un mundo cambiante”, concluyó el investigador Martínez Canabal.