Redacción/ La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La cafeína se considera una droga porque estimula el sistema nervioso central, aumentando el nivel de alerta. A la mayoría de la gente, la cafeína le produce una "inyección" de energía y una mejora del estado de ánimo, ambos de carácter temporal. La cafeína se encuentra en el té, el café, muchos refrescos, los analgésicos (medicamentos para aliviar el dolor) y otros fármacos de venta sin receta médica. Pero ¿por qué unas personas son más sensibles a esta sustancia que otras? https://youtu.be/duuwqjUatBs No la consumen Suena contradictorio, pero las personas que no consumen cafeína regularmente y en cantidades moderadas tienden a sentir sus efectos secundarios negativos con más fuerza que los que ya han desarrollado una tolerancia a la sustancia. Impulso La razón por la que mucha gente siente un fuerte impulso después de consumir cafeína no es porque en sí misma lo proporcione, en cambio, se une a los receptores de adenosina del cerebro (que señala al cuerpo que es el momento de descansar cuando su número alcanza un límite determinado) y permite que estimulantes naturales como la dopamina, funcionen sin restricción. https://youtu.be/S4dopw_sRbU Intolerancia Según la Clínica Mayo, ciertos antibióticos, fármacos de alivio de asma y la equinácea incrementan la intensidad de los efectos secundarios no deseados de la cafeína. Si ya lidias con un trastorno de ansiedad, los altos niveles de cafeína probablemente intensificarán los síntomas. Metabolismo lento Una enzima en el hígado que ayuda al cuerpo a metabolizar la cafeína puede variar en cantidad de persona a persona, afectando la capacidad para manejar la cafeína cómodamente. Lo sentimos chicos, el cuerpo procesa la cafeína de manera diferente según el género, y las mujeres, por naturaleza, lo hacen más rápido. Anticonceptivos Sin embargo, toda este asunto de que la mujer metaboliza más rápido tiene sus excepciones: Si estás usando anticonceptivos orales, es probable que metabolices la cafeína a un tercio de la rapidez con la que lo harías en condiciones normales, haciendo a las consumidoras más sensibles a sus efectos secundarios.