Estabas de lo más tranquilo, relajado en tu casa cuando de repente... ¡HIP! El hipo te ha atacado otra vez y no tienes la más pálida idea de por qué. Pues, te alegrará saber, entonces, que tu incertidumbre está a punto de llegar a su fin. Así que inhala profundamente, aguanta la respiración y sal de la duda. El causante del hipo es, nada más y nada menos, que tu diafragma. Este es un músculo que se encuentra justo por debajo de tu caja torácica. Es el que, cuando inhalas, baja y permite que el aire ingrese a los pulmones. Y cuando exhalas, se relaja y facilita la salida del dióxido de carbono. Así es como funciona este músculo la mayor parte del tiempo. A veces, sin embargo, se irrita –por comer demasiado o muy rápido, a causa de nerviosismo–. Entonces, desciende de forma abrupta y hace que el aire penetre en tu garganta "de sopetón". Este impacta en las cuerdas vocales y provoca que estas se cierren repentinamente. Así es cómo nace el hipo. Sobre cómo deshacerse del hipo, hay tantas teorías como personas. Entre las más populares, se encuentran: Aguantar la respiración durante 10 segundos, Beber agua acostada de un lado sobre la cama y Un buen susto. Con información de Imujer