El Universal/La Voz de Michoacán Ciudad de México. La Secretaría de Cultura federal se manifestó en contra del uso que hizo la marca Carolina Herrera en su colección RESORT 2020, de los bordados de la comunidad de Tenango de Doria, Hidalgo; los bordados del Istmo de Tehuantepec, y la incorporación del "sarape de Saltillo", y exigió a la reconocida diseñadora de modas y a Wes Gordon, director creativo y responsable de la colección, que expliquen "públicamente con qué fundamentos decidieron hacer uso de elementos culturales cuyo origen está plenamente documentado, y cómo su utilización retribuye beneficios a las comunidades portadoras". A través de una carta que fue enviada el 10 de junio a Carolina Herrera, fundadora de la marca que lleva su nombre, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, aseguró que comprende el "impacto global" de la empresa dedicada a la industria de la moda, mundialmente conocida, pero aseguró que a nivel global se lleva a cabo una amplia discusión sobre los derechos culturales de los pueblos indígenas y la participación de las comunidades en la preservación de su legado cultural e identitario. https://twitter.com/marianaliru/status/1137800975635308544 "En la colección RESORT 2020 aparecen manifestaciones que pertenecen a comunidades específicas de nuestro país. Tal es el caso de los modelos 8 y 23, cuyo bordado proviene de la comunidad de Tenango de Doria, Hidalgo; en estos bordados se encuentra la historia misma de la comunidad, y cada elemento tiene un significado personal, familiar y comunitario. Los modelos 11 y 13, por su parte, incorporan bordados del Istmo de Tehuantepec, que le dan identidad a las mujeres de la región", se lee en la misiva. Además, señala que los modelos 14 y 16 incorporan el "sarape Saltillo", y apunta que en la historia de este sarape encontramos el recorrido del pueblo de Tlaxcala para la fundación del norte del país. https://twitter.com/cultura_mx/status/1138811238668857345 "Apelando a la responsabilidad social y al prestigio internacional que los precede, solicito a usted, Sra. Carolina Herrera, como fundadora de la marca, y al Sr. Wes Gordon, como director creativo y quien encabeza la colección, que expliquen públicamente con qué fundamentos decidieron hacer uso de elementos culturales cuyo origen está plenamente documentado, y cómo su utilización retribuye beneficios a las comunidades portadoras", escribió la secretaria de Estado. Para la titular de la Secretaria de Cultura se trata de un principio de consideración ética que, local y globalmente, los obliga a "hacer un llamado de atención" y poner en la mesa de la discusión pública "un tema impostergable en la agenda 2030 para el desarrollo sostenible de la ONU: promover la inclusión y hacer visibles a los invisibles". Finalmente, Frausto sostuvo que "este acto de apropiación de la firma" es ejemplo de cómo los pueblos originarios "son clave en el desarrollo de la sociedad global". No es la primera vez que empresas han plagiado bordados de la cultura nacional. En 2015, la trasnacional Nestlé México sacó a la venta una colección de tazas con Tenangos de Doria, por lo que artesanos originarios de San Pablo el Grande emprendieron un litigio contra la marca. El año pasado la cadena Liverpool puso a la venta unos tenis de la marca de ropa That´s it! con estampados de Tenangos, tras una denuncia la tienda los retiró del mercado. Hace unas semanas, en el marco del Foro-Encuentro Internacional La Protección del Patrimonio Cultural como Derecho Colectivo, la subsecretaria de Diversidad Cultural de la Secretaría de Cultura, Natalia Toledo, advirtió que es necesario dar una mayor difusión de los derechos que tienen las comunidades para que sepan qué hacer en caso de plagio y a qué tienen derecho. Mientras que Susana Harp, presidenta de la Comisión de Cultura del Senado de la República, reconoció que una nueva ley en la materia debe estar abierta a la participación de las propias comunidades, para que las proteja y acompañe contra los abusos de la lógica occidental que es muy diferente al entendimiento de los mundos indígenas. Un primer paso, dijo la senadora, es la derogación del artículo 159 de la Ley Federal del Derecho de Autor, que permite la libre utilización de obras literarias, artísticas, de arte popular o artesanal, la cual ya fue aprobada en el Senado y ahora está pendiente en la Cámara de Diputados.