El Universal/La Voz de Michoacán Ciudad de México. Algo importante para no matar la llama del amor en una relación de pareja es la constante innovación y experimentación de cosas nuevas, como puede ser el sexting, es decir, el envío de mensajes con contenido erótico. Sin embargo, un nuevo estudio ha revelado que puede ser a expensas de otros aspectos importantes de tu vida. El estudio "Perfiles de sexting en los Estados Unidos y Canadá: Implicaciones para el bienestar individual y de las relaciones" realizado por el Departamento de Ecología Humana de la Universidad de Alberta, categorizó a 615 participantes estadounidenses y canadienses en cuatro tipos de sexters: hipersexters, sexter frecuentes, sexters de palabras y los no sexters, grupo más amplio de la muestra con un 72%. Después de la clasificación, se compararon los factores de una relación, principalmente los indicadores de bienestar individual, al igual que los comportamientos tecnológicos de cada participante. El estudio demostró que los sexters frecuentes e hipersexters obtuvieron niveles más altos de satisfacción sexual en sus relaciones, pero con niveles similares de satisfacción sexual al de las parejas no sexters y sexters de palabra. Asimismo, los dos primeros resultaron tener más conflictos, se sienten menos seguros y mostraron niveles inferiores de compromiso en su relación. "El sexting no parece ser una característica de una relación saludable", dijo Adam M. Galovan, autor del estudio. "Mi interpretación es que los sexters se están enfocando más en el aspecto sexual de su relación y están descuidando otras áreas". Otro dato es el hecho de que los sexters frecuentes e hipersexters consumen más pornografía y tienen más probabilidades de caer en "comportamientos relacionados con la infidelidad en las redes sociales". Estas personas quieren llegar a la meta final -tener una buena relación- sin hacer el trabajo duro de hablar, escuchar y pasar el tiempo de calidad juntos", expresó el científico. Cabe señalar también, que aunque el sexting representa una nueva forma de interactuar entre parejas, puede tener implícitos otros riesgos, ya que además de descuidar otros factores de la relación, vuelven al usuario una víctima factible de ser hackeada o de sufrir porno de venganza.