Tenemos bacterias buenas, úsalas a tu favor

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Maximiliano Chacón / Colaborador La Voz de Michoacán

Una de los conceptos más relevantes para poder comprender este tema, es asimilar la idea de que no somos “sólo un ser humano”.

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Hay todo un ecosistema viviendo en/con/para/por nosotros, era de esperarse que los 100 billones de microorganismos que nos acompañan a diario tuvieran algún efecto en nuestra salud. Primero hay que ponerles nombre; las bacterias que viven en nuestro intestino reciben el nombre de “Biota Intestinal”.

Todos los seres humanos tenemos cientos de especies de bacterias en el intestino, pero predominan dos: Bacteroidetes y Firmicutes. La relación entre estas es de suma importancia para el manejo del peso, se describirá más adelante.

Las funciones de la biota intestinal son muy variadas entre las más importantes están: la digestión de harinas, producción de vitaminas (K, B12, B2, B6) y otros nutrimentos, la producción de ácidos grasos de cadena corta, la protección contra bacterias malas, mantener a nuestras defensas “en forma”, modula el sistema nervioso, modificando señales de apetito, saciedad y conducta.

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Y claro está que cada que nos alimentamos, nutrimos a todos estos microscópicos inquilinos. Pero al final del día son bacterias, y así como hay bacterias buenas hay bacterias malas. Y regresemos a las dos especies que mencionábamos arriba: Bacteroidetes y Firmicutes.

Cada persona posee una biota muy particular, en general se ha visto que pacientes con obesidad tienen alta presencia de Firmicutes. Estos pacientes a menudo poseen Fermicutes súper efectivos para desdoblar grasa.

Los pacientes con obesidad, tras perder peso, también la cantidad de Firmicutes disminuye, incluso tras cirugía bariátrica, el número de Firmicutes se ve disminuido.

Esto se traduce en que las bacterias Firmicutes son súper efectivas para que el organismo pueda absorber las calorías de la dieta, esto quiere decir que si disminuimos la cantidad de Firmicutes, disminuimos la cantidad de calorías que absorbemos.

Podríamos disminuir el peso si logramos un equilibrio entre las bacterias de nuestro intestino. ¿Cómo logro un equilibrio? Primero debes de considerar si eres candidato a tener alguna desproporción en ellas. ¿Cuáles son las variables o factores? Una dieta muy alta en hidratos de carbono (harinas), uso recurrente de antibióticos (en la infancia o actualmente), si recibiste lactancia o fórmula de pequeño y cuánto tiempo, tu nacimiento fue parto o cesárea.

Todos estos factores condicionan la calidad y la cantidad de la biota. Imagina que tu intestino es como un jardín, si quieres tener únicamente plantas buenas, debes podar las malas, condicionar la tierra para que esté en óptimas condiciones y al final sembrar las semillas que quieres que nazcan. Para poder “preparar la tierra” hay que echar mano de muchos súper alimentos, los cuales deberán ser indicados por el nutriólogo.

Y para sembrar las semillas hay que apoyarnos de probióticos específicos. Y siempre preguntarnos ¿quién tiene la verdadera culpa de que no pueda bajar de peso? Pues existe la posibilidad de que estos minúsculos seres estén jugando en tu contra.