Una dieta inadecuada, peor que la malaria, tuberculosis o sarampión

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Foto tomada de Internet. Adquirir o adoptar una dieta inadecuada podría poner en riesgo la salud de las personas, advierten especialistas.

Notimex/La Voz de Michoacán

Ciudad de México. Las dietas inadecuadas suponen una amenaza para la salud pública mayor que la malaria, la tuberculosis o el sarampión, advirtió un documento publicado hoy por el Panel Mundial sobre Agricultura y Sistemas Alimentarios para la Nutrición y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

PUBLICIDAD

La nota "Prevenir la pérdida y el desperdicio de nutrientes en el sistema alimentario: medidas normativas para una alimentación de calidad", también resaltó que cerca de un tercio de todos los alimentos producidos para el consumo humano nunca llega al plato del consumidor, y recordó que una de cada cinco muertes en el mundo está asociada a una dieta de baja calidad.

Subrayó que alimentos como las frutas, hortalizas, semillas, frutos secos, productos lácteos, carnes, pescado y mariscos son ricos en nutrientes, pero también muy perecederos y, por tanto, propensos a perderse o estropearse en el sistema alimentario.

PUBLICIDAD

Las cifras son alarmantes: cada año se pierden o desperdician más de la mitad de todas las frutas y hortalizas producidas a nivel mundial. Una fuente vital de proteínas, en torno al 25 por ciento de toda la carne producida -equivalente a 75 millones de vacas- no llega nunca a consumirse.

José Graziano da Silva, miembro del panel y director general de la FAO, afirmó que "para abordar todas las formas de malnutrición y promover dietas saludables, debemos poner en marcha sistemas alimentarios que aumenten la disponibilidad, asequibilidad y consumo de alimentos frescos y ricos en nutrientes para todos".

Dijo que una parte fundamental de este esfuerzo es tomar medidas específicas para reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos frescos y nutritivos. La nota propone un conjunto de medidas normativas a lo largo de todo el sistema alimentario.

Entre ellas se incluyen educar a las partes interesadas, centrarse en los alimentos perecederos, mejorar las infraestructuras públicas y privadas, fomentar la innovación y paliar el déficit de datos y conocimientos sobre las pérdidas y el desperdicio de alimentos.

Según Srinath K. Reddy, presidente de la Fundación para la Salud Pública de la India (PHFI, por su siglas en inglés), "las medidas normativas del Panel Mundial demuestran cómo la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos podría desempeñar un papel clave en la mejora de las dietas deficientes e inadecuadas de unos tres mil millones de personas en el mundo".

Los datos de la FAO indican cómo en los países de ingresos bajos los alimentos se pierden principalmente durante las fases de recolección, almacenamiento, procesado y transporte, mientras que en los países de ingresos altos el problema reside en el desperdicio de alimentos a nivel del comercio minorista y los consumidores.

Juntos ambos problemas afectan directamente a la cantidad de calorías y nutrientes disponibles para el consumo. De acuerdo con el texto, la pérdida y el desperdicio de micronutrientes resultan especialmente preocupantes debido a su impacto directo en el bienestar, la capacidad de aprendizaje y la productividad.

Subrayó que a nivel mundial la agricultura produce un 22 por ciento más de vitamina A de la que necesitamos. Sin embargo, debido a la pérdida y el desperdicio de alimentos, la cantidad disponible para el consumo humano es un 11 por ciento inferior a la necesaria.

Por tanto, dijo, reducir este derroche de alimentos nutritivos podría derivar en importantes beneficios para la salud. También generaría ganancias económicas, ya que el valor de los alimentos perdidos o desperdiciados cada año a nivel mundial se estima en un billón de dólares.

Consumir más alimentos de los que ya han sido producidos evitaría también el despilfarro de agua, tierra y energía utilizados para obtenerlos.