El Universal/La Voz de Michoacán Ciudad de México. Los adultos con obesidad infectados con la gripe tardan más tiempo en eliminar el virus, lo que aumenta la posibilidad de que la infección se propague a otras personas, de acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista "The Journal of Infectious Diseases". Esta es la primera evidencia real de que la obesidad podría tener un impacto más allá de la gravedad de la enfermedad podría tener un impacto directo en la transmisión", señala el autor principal del estudio, Aubree Gordon, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan (Estados Unidos). Analizando los datos recolectados de aproximadamente 1.800 personas en 320 hogares en Managua (Nicaragua), los investigadores investigaron el efecto de la obesidad sobre la duración del virus en tres temporadas de gripe entre 2015 y 2017. Los adultos obesos con síntomas de gripe e influenza virus A confirmada tenían el virus en sus organismos un 42% más de tiempo que los adultos con gripe que no eran obesos. Entre los individuos obesos infectados con gripe que solo tenían una enfermedad leve o no tenían síntomas, la diferencia fue aún mayor: estos adultos obesos mantienen los virus de la influenza A durante un 104% más de tiempo que los adultos no obesos con gripe. La duración de la eliminación del virus se determinó mediante pruebas de muestras de nariz y garganta, que detectaron la presencia de ARN del virus de la gripe pero no indicaron si los virus eran infecciosos. Investigaciones adicionales, ahora en curso, ayudarán a determinar si el virus de la gripe diseminado durante períodos más largos por individuos obesos es realmente infeccioso y puede transmitir la enfermedad a otras personas. Además, las diferencias observadas en la duración de la diseminación viral se limitaron a los virus de influenza A, uno de los dos tipos de virus de la gripe que pueden causar epidemias en humanos. Los investigadores no encontraron ninguna asociación con la obesidad y la duración del desprendimiento del virus en la influenza B, que generalmente causa una enfermedad menos grave en los adultos y no causa pandemias. La obesidad tampoco pareció afectar la duración de la diseminación viral entre los niños incluidos en el estudio. La obesidad puede alterar la respuesta inmune del cuerpo y provocar inflamación crónica, que aumenta con la edad, además de dificultar la respiración y aumentar la necesidad de oxígeno. Según los investigadores, estos factores pueden ayudar a explicar cómo la obesidad podría afectar el riesgo de gripe, la gravedad y el potencial de transmisión.