Agencias / La Voz de MichoacánUnos investigadores dejaron un cadáver humano en un bosque para estudiar cómo los carroñeros se alimentan de nuestros restos. Frente al cuerpo instalaron una cámara, con la que esperaban grabar a zorros, buitres, mapaches y coyotes. Lo que sucedió a continuación te sorprenderá. Meses después, las imágenes 'cazaron' a un visitante inesperado: un joven ciervo de cola blanca pillado 'in fraganti' con una costilla en la boca. Que los ciervos se saltan su dieta vegetariana de vez en cuando no es una novedad: peces, aves, murciélagos y hasta conejos muertos acaban alguna vez en el estómago de estos rumiantes. La sorpresa está en el origen de la carne, pues es la primera vez que se observa a un cérvido rebuscando entre huesos humanos. Los resultados han sido publicados esta semana en la revista 'Journal of Forensic Sciences'. El cadáver, donado a la ciencia, fue colocado en una área de investigación forense de 10 hectáreas situada en San Marcos (Texas, EEUU). El objetivo de estos estudios, extraños a primera vista, es entender mejor cómo cambian los restos humanos a lo largo del tiempo y qué pasa durante la descomposición. De este tipo de información depende la resolución de crímenes, y si para ello hay que dejar un cuerpo en un bosque, se hace. Los restos humanos fueron depositados en julio de 2014. El 5 de enero de 2015, la cámara detectó al joven ciervo con un hueso en la boca. Días después, el 13 de enero, se repitió la escena con otra costilla, aunque los investigadores ignoran si fue el mismo animal. También en 2015 se observó por primera vez a la misma especie de ciervo, en Dakota del Norte, alimentándose de pájaros. La sorpresa fue similar: tras colocar cámaras en un nido para estudiar cómo ardillas y tejones roban los huevos y los polluelos, un inesperado visitante llegó para el almuerzo. ¿Qué puede hacer que un animal herbívoro a pasarse a la carroña? Según el estudio, el hambre. En invierno es difícil encontrar alimento y un conejo muerto puede aportar minerales fundamentales como el calcio, la sal y el fósforo. Para los investigadores, el extraño comportamiento supone la oportunidad de saber cómo un ciervo 'carroñero' afectaría a unos restos humanos para distinguir su acción de la de otras criaturas.