Agencias / La Voz de MichoacánAlgunas historias sorprenden por lo increíblemente contrastantes que son unas partes con otras. Éste es el caso de Joshua Broome, un hombre que se retiró de la industria del cine para adultos después de juntar más de un millón de dólares para volverse pastor después. En un video de Instagram presume que pasó de trabajar en la industria a volverse coach de crossfit; después, en 2015, se entregó al cristianismo y se convirtió en "una nueva persona" tras ser bautizado; en 2016 se casó con la mujer que lo llevó al cristianismo y desde entonces ha servido en iglesias y está en el ámbito de la educación tecnológica. Durante sus 20 años se mudó a Hollywood, con la intención de convertirse en actor, mientras trabajaba como mesero. Ahí, conoció a un grupo de mujeres que lo convencieron de hacer casting y finalmente se quedó unos días después. En entrevista para NY Post, admitió que la industria de la pornografía lo dejó mentalmente afectado después de filmar más de mil películas e incluso pensó en el suicidio puesto que perdió la noción de quién era. “Creí la mentira de que si ganaba dinero sería feliz”, dijo Broome. “Gané más de un millón de dólares. Viajé a todos los lugares a los que quería ir. Tuve todo el sexo que podría haber imaginado. Pero una vez que lo tuve todo, mi vida se vino abajo, porque amplificó la tristeza y el vacío que siempre sentí por dentro”. En 2012 rompió su relación con el cine para adultos tras seis años grabando una escena tras otra. Después de esto, se mudó a Carolina del Norte para combatir su depresión y ocultando su vida anterior trabajando en un gimnasio. En 2014 conoció a Hope en dicho lugar, con quien comenzó a salir y a quien le admitió su vida como actor porno y no lo juzgó. Tras esto, se casaron y actualmente tienen tres hijos. Hoy es pastor en Iowa y predica al rededor de todo Estados Unidos su fe. “Es realmente dañino”, dijo al medio sobre la industria del entretenimiento para adultos. “Estás diciendo que está bien consumir a una persona como un producto, y si tratas a las personas como productos, todos los aspectos de tu vida serán perjudiciales”.