"Pancho", el carpincho de una nena de ocho años que desató una rebelión en Santa Fe

La niña apareció luego también en escena a puro llanto para acariciar a su mascota querida. Ante este panorama, los vecinos que veían por televisión lo que ocurría, salieron a la calle para acompañar el pedido de la familia para que no le quitaran a Pancho.

Foto: AIREDIGITAL

Agencias/La Voz de Michoacán.
México. Efectivos de Gendarmería Nacional llegaron el viernes pasado a una vivienda del barrio San Martín en la ciudad de Santa Fe con el objetivo de llevarse a un carpincho que deambulaba por la zona. Pero resulta que el animal tenía nombre, Pancho, y dueña, una nena de ocho años que se puso a llorar desconsoladamente para que no le sacaran a su mascota. Y, gracias a la presencia de los vecinos, los efectivos no pudieron llevarse al roedor.

La situación fue casi transmitida en vivo por un móvil del medio local Aires de Santa Fe. Sucedió cuando un grupo de gendarmes llegaron a la esquina de Estrada y Risso, del citado barrio, el viernes por la mañana con el objetivo de llevarse a Pancho a una granja cercana llamada La Esmeralda. Alguien había denunciado que el animal circulaba por la zona y los agentes llegaron a cumplir su misión.

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Pero los efectivos se encontraron con la sorpresa de que el carpincho era bancado por casi todo el barrio. En principio, Juan Caravallo, el padre de la niña, contó al citado medio que el animal vive con ellos desde hace cinco años, que es la mascota de la familia y un poco también del vecindario y que todos lo quieren.

Foto:AIREDIGITAL

"Le quieren sacar el carpincho a mi hija para llevarlo a la granja. Se va a morir ahí, va a extrañar, acá todo el barrio le da de comer. No hace nada. Es como un perro. No sé porqué se lo van a llevar", dijo el hombre.

La niña apareció luego también en escena a puro llanto para acariciar a su mascota querida. Ante este panorama, los vecinos que veían por televisión lo que ocurría, salieron a la calle para acompañar el pedido de la familia para que no le quitaran a Pancho.

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Entre lágrimas, el hombre relató que el animal sale de la casa a pasear, tomar son en la vereda, a comer pasto y a echarse en el piso mientras espera que los vecinos lo acaricien. Contó también que tienen a Pancho desde que es muy pequeño, que se lo regalaron a la niña cuando era muy chiquito.

Muchos estaban bastante enojados por lo que consideraban una injusticia, e incluso los automovilistas que pasaban por la zona tocaban sus bocinas y gritaban en apoyo del animal. En el momento más tenso del conflicto ecológico con aire barrial, los vecinos, que habían copado la vereda, rodearon al carpincho para impedir que los efectivos se lo llevaran.

Y lo lograron, ya que finalmente, los gendarmes abandonaron el lugar y Pancho se quedó con su familia adoptiva. Al menos, por ahora.

Información Airedigital