El Universal/ La Voz de Michoacán Ciudad de México. Confiada de hacerse un tatuaje temporal de henna en el salón de un hotel egipcio, Madison Gulliver, de apenas 7 años, terminó con terribles quemaduras químicas que le generaron diversas cicatrices a lo largo de todo el brazo hasta la punta del dedo anular en la mano derecha. Durante sus vacaciones en Egipto, el padre le dijo a su hija que se hiciera un tatuaje de henna, cuyo patrón de figuras recorrían por completo el brazo derecho de la niña. Al regresar del viaje, Madison comenzó a sentir una fuerte picazón, y sus padres la llevaron a una unidad especial para tratarla. El patrón del tatuaje temporal estalló en dolorosas ampollas que tuvieron que ser retiradas por un equipo de especialistas, quienes informaron que debido a la profundidad de las heridas, quedarán como cicatrices permanentes en la piel de la niña. Los médicos señalaron que se trataba no sólo de una reacción cutánea, sino de una quemadura química ocasionada por un componente de la henna negra que la hace ser más oscura. Se trata de un componente llamado "Parafenilendiamina" o "PPD", cuyos usos industriales se aplican a los tintes colorantes permanentes para cabello, maquillaje oscuro, incluso se utiliza en materiales para impresión y fotocopias. Una característica particular de este componente es que no desaparece tan fácil con el lavado, pues es capaz de conservarse en altas temperaturas. "El hotel afirma que no es la henna y es la piel de mi hija", dijo Martin Gulliver, de 50 años, quien aceptó la mitad de la responsabilidad, pues fue él quien propuso la idea del tatuaje. "En parte es culpa mía, aunque yo no sabía el peligro, pero también es culpa del salón por usar productos químicos peligrosos en los niños". El segundo hijo de Gulliver, Sebastian, también fue dibujado por la misma tinta en el hotel egipcio, mismo que le fue lavado en cuanto manifestó escozor en la piel. Ante estos casos, el hotel se disculpó y aseguró que jamás volverá a ofrecer tales tatuajes a sus huéspedes.