Agencias /La Voz de Michoacán Cuando pensamos en orcas, solemos añadir “asesinas”, pues además de su distintivo patrón de colores, son los únicos cetáceos carnívoros. Sin embargo, una familia de estas nos regalan una lección tras ser descubiertas nadando libremente junto a una mujer: también pueden ser amigables con los humanos. El pasado 11 de diciembre el fotógrafo Dylan Bradshaw compartió, a través de su canal de Youtube, el vídeo de una familia de orcas que se acercó a nadar junto a una mujer que se ejercitaba a lo largo de la costa de Hahei, Nueva Zelanda. El vídeo, de unos dos minutos, recoge cómo tres ballenas se acercan a acompañar a una nadadora, la rodean varias veces, retozan, y finalmente se van. A pesar de la tranquilidad que emite el vídeo (y la música ayuda mucho), algunos usuarios aseguran que existe la posibilidad de que las ballenas no estuvieran jugando, sino decidiendo si la mujer era o no alimento. Y es que las orcas llegan a comer hasta 227 kilogramos (500 libras) de comida al día, de acuerdo con el portal Nat Geo Kids, además de que cazan en grupo. Su tamaño también intimida, y es que los machos pueden medir hasta 9.8 metros de largo (32 pies) y pesar 9.000 kilogramos (19,841 libras) y las hembras 8.5 metros (28 pies) y 5,500 kilogramos (12,125 libras). A partir de la popularidad que han ganado las imágenes, Dylan publicó un segundo vídeo en el que narra lo que ocurrió detrás, quizá para que la gente creyera que no se trató de una situación ensayada, y la verdad resulta bastante impresionante. Dylan narra que estaba con su familia en la playa y vieron a unas figuras en el agua, que primero pensaron que eran delfines nadando cerca de la costa. Sin embargo, al observar bien, reconocieron a una familia de orcas. Luego, notó que había una mujer nadando, algo inusual en la zona, ya que, según explica Dylan, las aguas son muy frías. Su primera reacción fue pedirle que le acercaran su teléfono celular, en caso de que hubiese alguna emergencia que reportar. Pero las orcas y la mujer parecían estar nadando sin problemas. Al poco, vieron que la mujer salió hacia la playa y charló un momento con algunas personas. En este momento, él pensó que no regresaría al agua, pues aunque le hubiera ido bien, se trataba de orcas “asesinas”. Sin embargo, la mujer regresó al agua y siguió nadando a lo largo de la costa. Fue en este momento que Dylan decidió filmar lo que estaba ocurriendo utilizando su dron, y gracias a eso es que tenemos este magnífico vídeo. Cabe mencionar que Dylan no sabe quién es la mujer, ni habló con ella. Sin embargo, sí le gustaría poder charlar con ella, quizá compartirle el vídeo que siempre irá bien junto con su narración de la experiencia.