Crear charcos, nidos artificiales, plantar especies nativas en caminos... pruebas pilotos que recuperan la biodiversidad
En solo tres años ha habido unas recuperaciones entre el 7 y el 12 por ciento de riqueza de especies y unos incrementos medios en torno al 40 por ciento.


EFE / La Voz de Michoacán
Sevilla, 15 abr (EFE).- Plantar en riberas o bordes de caminos especies autóctonas adaptadas al clima y crear charcas o nidos artificiales para las aves, entre otras acciones, ha permitido recuperar la biodiversidad y la rentabilidad de cultivos de secano en más de 500 hectáreas de fincas de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragón y Andalucía.
Se trata del proyecto Secanos Vivos, de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), que se está desarrollando en treinta fincas, veinte de cereal y diez de viñedos, y cuenta con un presupuesto de dos millones y medio de euros.
La revegetación, como plantaciones en riberas de arroyos, bordes de caminos o zonas improductivas con especies autóctonas adaptadas al clima, la creación de infraestructuras físicas como bebederos, charcas o nidos artificiales para las aves y el manejo del suelo para reducir los fitosanitarios son los tres campos de actuación en los que se trabaja.
No solo las materias primas forman parte del proyecto, las elaboradoras y bodegas son otros agentes asociados, que se encargan de transformar los productos de estas fincas en alimentos para el consumo.
En cada una de las fincas que forman parte del proyecto se han definido una o más parcelas demostrativas donde se están produciendo estas actuaciones. En Las Víboras, un terreno situado en Osuna (Sevilla), se han establecido puntos de agua y nidos artificiales, lo que ha permitido aumentar las especies nidificantes en número y en cantidad, además del incremento de invertebrados.
La intención de Javier Pérez, responsable de la finca, siempre ha sido la diversificación de actividades, por eso, además de los cultivos de secano, también tiene varios colmenares con los que produce miel.
La gran prueba de éxito de este proyecto se materializó, según ha explicado, el año pasado cuando recibió el primer premio en la categoría de mieles monoflorales claras, otorgado por Expomiel, consolidándose como un referente de calidad y compromiso medioambiental.
El hecho de que ahora haya más reptiles y anfibios, más aves y más biodiversidad en general ha sido una de las razones principales por las que recibieron ese premio y por la que han conseguido esa calidad en la miel.
Un sello para ofrecer un mayor valor añadido
Para reconocer los productos que provienen de Secanos Vivos se ha creado un sello para otorgarles valor añadido. Este símbolo no representará únicamente que “no se usan productos químicos en la plantación”, si no que se está dotando a las fincas de infraestructuras para que haya una mayor variedad de seres vivos.
Este sello, explica Pablo Cuevas, técnico de Secanos Vivos, tiene dos objetivos, “aumentar un poco el precio", porque están seguros que hay consumidores a los que no les cuesta pagar ese coste extra sabiendo el beneficio que hay detrás para el medio ambiente, y "acceder a nuevos clientes".
Secanos Vivos es una réplica y transferencia de Olivos Vivos, un proyecto con un recorrido de más de diez años. “Empezamos por el olivar porque es el cultivo más representativo y con un gran impacto de patrimonio natural en Europa, pero siempre con la vocación de transferirlo a otro cultivo”, señala el director de Olivares Vivos y Secanos Vivos, José Eugenio Gutiérrez.
En seis años han podido demostrar que este programa funciona, “en solo tres años ha habido unas recuperaciones entre el 7 y el 12 por ciento de riqueza de especies y unos incrementos medios en torno al 40 por ciento”.
“No tenemos que olvidar que los agricultores producen aquello que nosotros les demandamos. Si les demandamos naturaleza, nos la van a dar”, añade el director. Por eso mismo quieren construir ese modelo, probarlo, ver que funciona y conectar a productores y consumidores.