Con educación a distancia se dispara la venta de computadoras, pero también la desigualdad

En tanto que muchos padres de familia han agotado los equipos de cómnputo en las principales tiendas, otros deben batallar para tener datos móviles

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Actualmente, en algunas de las principales tiendas de la ciudad se ha dejado ver el desabasto de computadoras portátiles y hasta tabletas electrónicas, pues la nueva modalidad educativa ha llevado a que muchos padres de familia, cuando tienen la capacidad adquisitiva, busquen estos aparatos para que sus hijos puedan acceder a las clases en línea, las cuales se desarrollan por medio de WhatsApp, pero también a través de Zoom y Google Classroom. Pero esto ha llevado a caigan estrepitosamente las ventas en papelerías y que la desigualdad económica se acentúe aún más.

PUBLICIDAD

A inicios de agosto, la Secretaría de Educación Pública informó que papelerías, editoriales y librerías serían consideradas como actividades esenciales de cara al regreso a clases, pero en vista de que este ciclo escolar empezó con la modalidad a distancia, mediante internet y difusión de contenidos por televisión, las autoridades educativas no han emitido una lista de útiles escolares, ya en la segunda semana del ciclo 2020-2021.

Aunque cuadernos y lápices no se han dejado de utilizar, la actual política educativa, orillada por la pandemia de COVID-19, ha impuesto a la mayoría de los estudiantes el que cuenten con dispositivos electrónicos y conexión a internet para continuar sus estudios. Eso sin contar que, con la nueva normalidad, los insumos sanitarios se han incrustado en la canasta básica no alimentaria.

Ante este panorama, la Asociación Nacional de Fabricantes de Artículos Escolares y de Oficina (ANFAEO) lamentaron que el consumo cayó en 70 por ciento durante los últimos meses del pasado ciclo escolar. Esto se debe en gran medida a que los padres de familia no están comprando útiles y que sus hijos siguen trabajando con los que ya tenían.

PUBLICIDAD

Durante la primera mitad del año, según la ANFEO, la paralización de actividades comerciales llevó al cierre de 8 mil papelerías de todo el país.

Foto: Notimex.

En contraste, aunque muchos contenidos se difunden por canales de televisión, la nueva modalidad didáctica ha causado un incremento en la venta de computadoras, celulares, tabletas e impresoras. Por ejemplo, en la campaña de ventas en línea Hot Sale de este año, la compra de esos artículos se incrementó en 75 por ciento respecto a la Hot Sale de 2019.

Otro sector que se ha visto beneficiado con la demanda de dispositivos electrónicos es el de las casa de empeño, pues cuando los padres de familia no pueden adquirir un equipo nuevo, recurren a estos establecimientos parea comprar artículos de segunda mano. Así, según datos de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios (Amespre), la venta de electrónicos creció en 25 por ciento.

En el nivel superior de educación el panorama no es distinto, ya que las universidades autónomas e instituciones de educación superior en México han adoptado estrategias para continuar con la educación a la distancia, aunque algunas directrices fueron coordinadas por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).

Jaime Valls Esponda, secretario general de la ANUIES, señaló que la educación superior enfrentó problemáticas como la falta de computadoras en los hogares de alumnos y docentes, problemas de conectividad o malas condiciones para el estudio. Se trata de una línea de trabajo prioritaria para el organismo, ya que su apuesta para 2030 es que el 20 por ciento de la matrícula a nivel nacional sea atendida en la modalidad no escolarizada, es decir, de forma virtual, abierta y a distancia.

En este aspecto destaca la Universidad de la Ciénega del Estado de Michoacán, que ha implementado un sistema de apoyos para dotar de datos móviles a sus estudiantes de escasos recursos, a fin de que la falta de conectividad no sea un motivo para la deserción escolar.

Y es que, aunque cada vez son más las personas que cuentan con un teléfono celular, para las familias de escasos recursos viene el otro problema: los datos móviles, pues desembolsar 50 pesos para una recarga que durará apenas una semana, a la larga representa un boquete financiero para la diezmada economía de muchas familias, sobre todo en aquellas en las que el sostén de la casa es uno de los 15.7 millones de personas que perdieron su empleo a causa de la pandemia.