Redacción / La Voz de Michoacán Aguililla, Michoacán. A Franco Coppola Facebook le bloqueó imágenes que publicó sobre el horror que padece Aguililla, pero este día, durante su visita –dijo el embajador del papa–, este pueblo se conoce en todo el mundo por sus dolores, pero al mismo tiempo por su fe y su valor, por la gente que aquí está reunida por su deseo y anhelo de paz. No quieren que el mundo vea lo que pasa aquí, pero vamos a inundar México y el mundo de todo Aguililla; para mi fortuna, los medios hicieron que la tragedia se diera a conocer”. Al finalizar la misa por la pacificación de esta región azotada por las pugnas del crimen organizado, que durante su desarrollo hubo un corte momentáneo de energía eléctrica en la población, presuntamente por los delincuentes, destacó que los mexicanos históricamente “saben luchar para defender su fe, el amor y a sus seres queridos y que los que dicen que son dueños de esta tierra, se irán olvidados”. El representante del papa Francisco en México comparó el sufrimiento de Cristo en la cruz con el que viven los aguilenses, porque fue asesinado por razones de poder, por gente envidiosa. Vine aquí porque me parecía que era como subir al Gólgota, al lugar donde Jesús fue crucificado, fue matado injustamente, por razones de poder, por gente envidiosa”. Pero ni el mal ni la muerte vencieron, agregó Coppola, y Jesús resucitó. Sin olvidar este Jesús muerto en la cruz, no ha terminado ahí para nada, está vivo, ha resucitado, porque el mal no puede, la muerte no puede contra el señor”. Aguililla está bajo la cruz, pero sus habitantes no están solos, pue los seres queridos que han sido arrebatados (por el crimen) "están más cerca de nosotros, porque viven con dios, viven con nosotros". No permitamos a nadie que nos quite nuestra fe, nuestra esperanza, la vida eterna”. EL CRIMEN HA PUESTO A PRUEBA LA FUERZA DE LA LEY Para el obispo de la diócesis de Apatzingán, Cristóbal Ascencio, el crimen ha puesto a prueba la fuerza de la ley y del orden, porque “son muchos los sufrimientos que se han ido acumulando en las familias”. Y ante el mal que aqueja en Aguililla, el obispo propuso que se establezca la oración permanente, para ello, sugirió que se dispusiera una capilla de adoración perpetua donde se ore día y noche en la comunidad. A mons. Cristóbal Ascencio le preocupan los niños y jóvenes que se van de estas tierra porque temen por sus vidas.