Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Ni el COVID-19 ni las grandes crisis que enfrenta la sociedad michoacana han interrumpido el compromiso social e informativo de La Voz de Michoacán con sus lectores. A más de 90 días de que inició la pandemia por el SARS-COV-2, las cadenas de información que componen a esta empresa se han fortalecido y encontrado la forma de llevar las noticias más importantes a los cientos de miles de lectores de las distintas plataformas. La ruta de la noticia no se ha modificado. Desde primera hora de la mañana, el equipo de La Voz de Michoacán sale a las calles a pesar del riesgo de contagio y completa una larga cadena de tránsito de información hasta llegar a los ojos y las manos de los lectores tanto la edición impresa como en la plataforma digital. El compromiso se mantiene sólido y más fuerte que nunca. Samuel Herrera Jr., con más de 30 años de experiencia en fotografía, explicó los retos a los que se enfrentó y se sigue enfrentando en la profesión que heredó de su padre, otro reconocido fotógrafo de esta casa editorial. Todos los días, Sam recorre a pie y en transporte público las calles de Morelia para retratar los efectos de la pandemia. Samuel Herrera Jr, experiencia y sensibilidad en la lente. Reconoce la importancia del trabajo periodístico y que sus fotos sirven como referente para que cientos de miles de lectores todos los días conozcan la realidad a la que se enfrentan los michoacanos con la pandemia del COVID-19. El 72 aniversario de La Voz de Michoacán le recuerda todas las coberturas y los retos a los que se ha enfrentado el fotógrafo. Aseguró que adatarse a la nueva normalidad, a la nueva convivencia y a todas las nuevas medidas sanitarias para evitar los contagios, es una de las principales y más arduas tareas que le ha tocado enfrentar a lo largo de su carrera como artista del lente. “El COVID-19 es un gran reto para todos los seres humanos; yo, como reportero gráfico en La Voz de Michoacán, he podido observar y constatar día con día la realidad del sentir y vivir de la población de Morelia, ya que para nadie ha sido fácil adaptarse a perder el sentido de libertad del que se gozaba hace tres meses atrás, siendo el gobierno, la población, los empresarios, sectores que, según sus conocimientos y responsabilidades, han enfrentado la pandemia con responsabilidad, unos y otros con escepticismo o negligencia, aunado a ello uno de los más graves problemas que tendremos que enfrentar todos juntos, que será el desempleo que cada vez se agudiza más”, explicó. Víctor Ramírez, jefe de fotografía en La Voz de Michoacán, detalló el impacto de las imágenes que se procesan y se generan todos los días en esta casa editorial. Desde demostrar la negligencia de los ciudadanos en el uso de los cubrebocas hasta documentar las actividades en los principales hospitales del estado. “La pandemia COVID-19 se ha convertido en un reto. Para nosotros, fotógrafos, se han suscitado varios fenómenos sociales que nunca hubiéramos visto en tiempo normal: desde el aislamiento social y la ciudad sola o el comportamiento de afrontar esta realidad de algunas personas que prefieren contagiarse que morir de hambre. Además de reinventarnos para generar temas que están a la vista de todos y no los vemos como la arquitectura de Morelia, además que tenemos que cuidar y promover las condiciones sanitarias según nuestras posibilidades”, explicó. Parte del equipo de editores web. El flujo de información desde las primeras horas corre en manos de los reporteros. Juan Bustos, reportero de la fuente educativa de Morelia y especialista en temas de educación pública, destacó el riesgo al que se enfrenta como reportero y como ciudadano. Al igual que el resto de sus compañeros, conoce y reconoce el peligro de contagio, sobre el cual antepone su labor de informar sobre los distintos procesos. En una de las fuentes más ajetreadas, con mayor exposición y riesgo por la gran cantidad de marchas que se registran en Morelia, Juan se ha adaptado a la nueva realidad y. sobre todo, a su rol de informar a través de los distintos canales con los que se ha forjado La Voz de Michoacán en las ultimas 7 décadas. “Entre las dificultades para reportear en la pandemia en esta labor está la cobertura, que implica un riesgo, de diversos fenómenos como las movilizaciones, las discusiones entre el gobierno estatal y el sector estudiantil, y esto obliga a que los profesores sigan movilizados exigiendo la atención de sus agendas, y esto implica un riesgo de contagio. Las autoridades también se esconden en la pandemia a pesar de que son sujetos obligados para actuar, la pandemia les ha servicio como escudo con la facilidad de no acudir a eventos ni responder el teléfono. Buscan evadir la labor de la prensa”, manifestó. Juan Bustos, reportero de la fuente educativa. Y es que no sólo es La Voz de Michoacán en su edición impresa. Con el paso de los años y las décadas esta casa editorial se ha diversificado para alcanzar todos los rincones del estado de Michoacán a través del portal web de La Voz, el cual se acerca al medio millón de seguidores sólo en esta entidad. Asimismo, en radio, Así es La Voz en la Noticia a través de Medios Radiofónicos de Michoacán, ha dado la oportunidad de que la información que se genera a través de esta casa editorial rebase los limites territoriales de los municipios principales del estado y tenga una mayor penetración en la población. Para el esquema anterior, decenas de editores, coeditores, diseñadores, comunity managers y especialistas en temas de política a través de sus columnas, tampoco han descansado de la enorme tarea y responsabilidad de informar en el siglo XXI y sobre todo en una contingencia que ha cambiado para siempre la forma de relacionarse de la población en el estado. José Corona es editor en esta casa editorial desde hace más de dos décadas. Se ha apegado y modernizado a los principales cambios tecnológicos que ha vivido el mundo del periodismo en los últimos años. Destacó que la pandemia COVID-19 puso a prueba el compromiso de todos los que componen el engranaje de La Voz de Michoacán. José Corona, Alejandro Serrano y Abelardo Lozano, editores de la edición impresa. Alejandro Jungo, encargado de CTP y temas de impresión en esta casa editorial, uno de los últimos eslabones antes de materializar la información en la edición impresa, destacó los retos de la pandemia, las medidas a tomar para que el periódico llegue totalmente sanitizado y sin riesgos de contagio entre el personal. “Se nos ha cargado un poco más el trabajo, hemos tenido que trabajar bajo presión en el sentido de los horarios y del tiempo. Nos turnamos y en cuando a la pandemia, tenemos mucho cuidado, ya estamos al nivel de personal, nos dieron gel, cubre bocas y cosas así, como no tenemos atención al cliente. Seguimos trabajando, no paramos por la pandemia porque la gente necesita la información y como medio de información no podemos parar”, explicó.