Aumenta la violencia intrafamiliar en Michoacán; en Morelia creció 52% este año

Más de 54 incidentes se registran cada mes en las distintas colonias de la capital del estado.

Foto: iStock

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Violencia intrafamiliar no para de crecer en la ciudad de Morelia. En lo que va de este 2022 la tendencia incrementó hasta en 52 por ciento respecto a la media histórica con más de 54 incidentes registrados por mes en las distintas colonias de la capital del estado.

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Cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revelaron que incluso en el comparativo con el 2021 la cifra también incrementó. El dato preocupante es que tanto 2021 como el 2020 fueron considerados como años atípicos en violencia al interior de los hogares por el confinamiento y la crisis sanitaria.

El pronóstico desde hace más de un año era que con la reapertura de las actividades económicas que se logró concretar desde principios de este 2022 hasta en 100 por ciento, el estrés y la violencia al interior de los hogares disminuyera, no obstante, trascendió todo lo contrario.

En términos numéricos el 2022 inició con un total de 40 casos documentados, mientras que para el mes de mayo alcanzó un total de 62 y 54 para el mes de julio como el último mes documentado por parte de la autoridad federal.

Son las ciudades en donde se concentra la mayor cantidad de denuncias. Morelia Uruapan Zamora y Zitácuaro aglutinan prácticamente la totalidad de las carpetas de investigación abiertas en los últimos 6 meses. Lo anterior está directamente relacionado a la mayor presencia del estado.

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Es Apatzingán uno de los municipios con mayor incidencia de incremento a la violencia familiar. En el primer semestre se este año se destaca un incremento del 64 por ciento respecto al 2021 y hasta 28 por ciento respecto a la media nacional.

A nivel estado la tendencia no es distinta. El último reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reveló un incremento de 14 por ciento respecto al primer semestre en este 2022 en comparación con el año pasado. Desde hace al menos 4 años, la tendencia se sigue replicando con incrementos de denuncias en las principales zonas urbanas de esta entidad.

Asimismo, la cifra revela un incremento de hasta 25 por ciento respecto a la media histórica y media nacional, por lo cual la incidencia en este delito fue coloreada en rojo en el mapeo del Semáforo Delictivo del estado de Michoacán.

Los indicadores son claros el primer mes de este 2022 inició con un total de 91 carpetas de investigación por violencia familiar, para el mes de febrero incrementó 108 carpetas, 123 para marzo, 106 para abril, 143 en mayo y 122 en vez de junio.

Cabe destacar que al menos hasta la primera mitad de este 2022, al listado de municipios con problemas por violencia intrafamiliar se sumaron por primera vez en los últimos años demarcaciones cómo Zinapécuaro, Múgica, Zacapu y Salvador Escalante.

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Al igual que en otros delitos la violencia familiar estaría ensombrecida por una enorme cifra gris de casos que no se denuncian por parte de las víctimas. Asimismo, se encuentra también directamente vinculado a la violencia contra la mujer, otro fenómeno social que incrementó en los últimos meses.

En Michoacán la violencia intrafamiliar se sigue arraigando en la cultura y se ha visto empañada por la falta de denuncias. Especialistas advierten que el principal riesgo de esta actividad principalmente propiciada por los hombres, es que solo se denuncia cuando escala magnitudes peligrosas como las lesiones dolosas, intentos de homicidio o el homicidio mismo, en muchos casos de mujeres.

Es el hacinamiento, la falta de condiciones laborales, drogadicción y problemas de salud mental los que se mantienen como los principales generadores de violencia en los hogares. Villas del Pedregal y Misión del Valle, han brillado en los últimos años por este tipo de casos. A lo anterior, se tiene que sumar la tensión que se vive al interior de los hogares con el estrés por la pérdida de empleos, el riesgo de los contagios y la falta de recursos generada a partir de la crisis del COVID-19.