Con Nurio, se pierde uno de los pocos cielos historiados purépechas; llaman a actuar para evitar tragedias

Pero le queda otro preciado tesoro que resguardar: ‘La Huatápera’, dedicada a la Inmaculada Concepción, considerada otra Capilla Sixtina michoacana, como la de Tupátaro.

Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán

Paracho, Michoacán. Con la quema del templo de Nurio, Michoacán perdió uno de sus artesones históricos que forman parte de los cielos historiados que hay en diversos recintos religiosos de la entidad.

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Así los hay en Tupátaro, Zacán, Naranja de Tapia (Zacapu), Cocucho y Charapan, y el de Nurio, plasmado en el sotocoro con sus ángeles músicos, quedó convertido en cenizas el pasado domingo.

ANTECEDENTES

Si bien la parroquia de Nurio, dedicada al Apóstol Santiago, no contaba con una bóveda con cielo historiado en sus inicios, tampoco se sabe con exactitud la fecha cuando comenzó la construcción del templo y quizá no era como la que se conocía antes del desastre del pasado fin de semana.

De acuerdo con la historiadora Adriana Espinoza Saucedo, integrante del Consejo de la Crónica de Paracho, hacia 1570 ya existía una ‘iglesia de visita’ en esa población de la meseta purépecha que pertenecía a la comunidad de Aranza; primero al cuidado de los franciscanos, luego de los agustinos.

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Perteneció también a la parroquia de Zirosto el viejo, regresó Aranza y finalmente fue adjudicada a Paracho ya en el siglo XVII, refiere la también especializada en el periodo colonial.

La historiadora cuenta que en una inscripción de la portada del templo estaban escritas dos fechas: una, 1639, que indicaría la colocación de la primera piedra, y otra, 1667, que significaría el término de su edificación.

Ya en 1680, agrega Espinoza Saucedo, el entonces obispo de Michoacán, Francisco de Aguiar y Seijas y Ulloa, refirió que la iglesia de Nurio estaba construida de piedra y lodo, un poco parecida a la construcción de la que recientemente solo quedaron en pie sus cimientos y estructuras, aunque finalmente fue de piedra.

Su techo originalmente no tenía una bóveda, ese artesón de madera que es una arquitectura muy típica de Michoacán que era utilizado como lienzo para, a través del arte sacro, evangelizar a los naturales, sostiene quien también cursa un doctorado en el Colegio de Michoacán.

Sin que se conozca al autor de la pintura plasmada debajo del coro y con tres columnas con toques policromados y dorados que servían como soporte, Aguiar y Seijas y Ulloa, que estuvo al frente del antiguo obispado de Michoacán solo dos años (1678-1680), habría sido el promotor, pues aparte de las figuras de los ángeles músicos y de tres arcángeles, también estaba pintado el obispo, además de una figura femenina única, la de María Magdalena.

Sin embargo, para Adriana Espinoza, hubo otra pérdida de gran relevancia, la del bautisterio, con un pequeño artesón con rejas doradas, decorado en su totalidad también con figuras angelicales, y adentro la pila bautismal.

Pero hay más: la destrucción de ocho altares, que datarían del siglo XVIII, con retablos barrocos, y en los que había imágenes como la de San Sebastián, la Virgen de Guadalupe y el Señor de la Columna; además de otros cuatro retablos secundarios y el altar principal.

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EL TESORO HISTÓRICO QUE AÚN LE QUEDA A NURIO

Para la maestra Adriana Espinoza Saucedo será muy difícil recuperar la riqueza histórica de la iglesia principal de Nurio.

“Casi todo estaba construido de madera, el techo de madera, los retablos de madera, el piso era de madera, todo se quemó; solo quedaron los cimientos, las estructuras, pero el resto se acabó”, lamenta.

Pero al pueblo le queda ‘La Huatápera’, una pequeña capilla situada en la parte trasera del templo siniestrado, dedicada a la Inmaculada Concepción y que se encuentra intacta, con un techo considerado también como otra Capilla Sixtina michoacana, igual que la de Tupátaro.

Capilla de la Inmaculada Concepción en Nurio.
Iglesia de Tupátaro.

Yo creo que también sería importante ver el rescate, ver qué es lo que se puede hacer finalmente para evitar un posible desastre. Del templo (que fue consumido por el fuego) yo creo que es difícil hacer una restauración, sería complicado, sobre todo para poder rescatar las pinturas, porque ya no se pueden rescatar; sin embargo, la capilla (de la Inmaculada Concepción) está también igual repleta (de pinturas), esa sí es todo el techo, le han llamado ya varios como la Capilla Sixtina michoacana”.