Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Conflictos por la tenencia de la tierra son la causa principal del derramamiento de sangre en la Meseta Purépecha. Ante los recientes homicidios de ambientalistas y líderes indígenas, el Gobierno de Michoacán llamó al diálogo y la concentración. A una semana del homicidio del comisario de Bienes Comunales en Sicuicho y casi dos meses de otro activista en Ocumicho, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla argumentó que son constantes los pleitos entre comunidades por la tenencia de la tierra y los recursos naturales. En este caso, insistió, se trata de pleitos de décadas de antigüedad que han ido escalando ante la demanda de recursos naturales y otros proyectos entre las propias comunidades. A pregunta expresa, el gobernador insistió en que se tienen que buscar mecanismos de diálogo para evitar encontronazos como vividos entre las comunidades Arantepacua (Nahuatzen) contra Capacuaro (Uruapan) en la década pasada. Todavía hay un tramo por recorrer, pero estamos avanzando. El problema es un tema por disputas históricas por límites de tierras, es histórico este tema en la Meseta Purépecha; ya se tiene presencia y se está investigando lo ocurrido para que no quede impune”, explicó. Para este 2023, suman más de 50 conflictos legales por tenencia de la tierra y espacio público los que disputan comunidades indígenas en contra de particulares. En los últimos años, presuntos propietarios se han apersonado en las comunidades con títulos de propiedad. Los principales puntos de conflicto por la tierra, se ubican en Arantepacua, Capacuaro, Nurio, San Felipe de los Herreros, San Andrés, Turícuaro y otras comunidades de la región que usualmente terminan elevando los ánimos al grado de llegar a confrontaciones violentas. El tema es complejo, las comunidades usualmente reclaman un derecho histórico sobre una extensión de tierras que también reclama otra comunidad. Lo anterior, ha generado que usualmente los pobladores prefieran “dar su vida” que perder las tierras. Actualmente, comuneros de Santa fe de la Laguna, Zirahuén, Huecorio y otras más se enfrentan en tribunales a particulares que buscan instalar sistemas comerciales en las tierras comunales y espacios públicos. Desde mayo del 2022, se trabaja en mesas con la Federación para atender la tenencia de la tierra, en donde se han presentado 25 títulos virreinales. El objetivo es evitar conflictos que culminan con muertos entre los grupos antagónicos. En muchos casos, pese a la falta de acuerdos, las autoridades han preferido no “avivar” los conflictos entre las comunidades reabriendo las carpetas, para evitar futuros enfrentamientos. En nuestro estado existe un universo de mil 867 ejidos y comunidades, de los cuales, 60 no permiten que el gobierno estatal y federal intervengan en el tema de las mediciones de predios por temor a los despojos. En abril de 2017, se registró un enfrentamiento entre pobladores de Capacuaro con Arantepacua, lo que inició un fuerte operativo policial que dejó a 7 elementos de la Policía Michoacán heridos y un civil muerto. Lo que inició como enfrentamiento relacionado a la tenencia de la tierra, terminó con estudiante fallecido por impacto de bala. Lo anterior incluso fue expuesto ante el Gobierno de la República en las mesas de trabajo con el presidente Andrés Manuel López Obrador. A pesar de que han exhortado a los gobiernos estatales y federales en las distintas administraciones para que se garantice la protección de los ecosistemas, la ausencia cobra la vida de árboles y superficie boscosa todos los días. En la mayoría de los casos, el saqueo es atribuido a la presencia de grupos delincuenciales que, ante la gran cantidad de recursos maderables, seguirían extrayendo y talando bosques a pesar de la protección de las comunidades. A los conflictos entre comunidades se suman otros fenómenos cómo el desplazamiento de tierras Comunales para la introducción de monocultivos como el aguacate. En la mayoría de los casos se tratan de empresas con alto valor de capital de inversión que terminan por apoderarse de los suelos comunales. La voracidad por el cambio ilegal de uso de suelo, tala clandestina y la explotación de los recursos naturales le ha llevado a perder cientos de hectáreas en los últimos años. Lo anterior, ha traído consecuencias funestas; homicidios, desapariciones, amenazas y agresiones en contra de los defensores de los bosques y tierras comunales. Casos focos rojos como Sicuicho en Los Reyes, Ocumicho, en Charapan y otras poblaciones han experimentado la pérdida del territorio en medio de conflictos sociales y atentados contra líderes comunales y activistas ambientales.