Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Proyectos de gran calado para la prevención de inundaciones de la zona urbana de Morelia a través de la rectificación del Río Grande han quedado en el olvido a pesar del riesgo de inundaciones en decenas de colonias, mientras que el recurso federal que presuntamente estaría destinado para tal fin se habría perdido. Tras las graves inundaciones del 2018, que dejaron a más de 50 mil ciudadanos afectados en decenas de colonias de la capital michoacana, el municipio no cuenta con información sobre cuál fue el destino de la aplicación del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) al que se accedió en ese entonces. En su momento, la recién llegada administración de Raúl Morón Orozco proyectó que el recurso se destinaría para la rectificación del Río Grande como el principal canal de drenaje de la zona urbana de Morelia, lo cual no se ejecutó. Cuestionado por medios locales de comunicación, el alcalde Alfonso Martínez Alcázar, aclaró que debido al presunto hackeo, de la información contable del municipio a finales de la gestión morenista (ya con Humberto Arróniz), actualmente no se cuenta con certeza de a qué rubros se destinó el recurso del Fonden. No obstante, lo que quedó evidenciado, es que la limpieza de los ríos, drenes, cárcamos e infraestructura de drenaje de la zona urbana tampoco fue atendida durante los últimos años. “No se ha rectificado el Río Grande. Se cayó el sistema cuándo llegamos y no sabemos qué pasó con ese recurso”, manifestó el presidente municipal a pregunta expresa de La Voz de Michoacán. Sin acciones Tras las inundaciones del 2018, se definió que la principal causa de las afectaciones fue que los ríos y drenes no pudieron contener la gran cantidad de agua que se generó por la lluvia, por lo que se destacó la necesidad de fortalecer la infraestructura ya existente. Las reglas de operación del Fonden fueron claras, respecto a que el recurso que llegara a la ciudad de Morelia tendría que dirigirse a la reparación y mantenimiento de infraestructura que permitiera evitar futuros desastres y no para ser entregados como apoyos directos a los afectados. A cuatro años de distancia, el presidente municipal de Morelia insistió en que ya se trabaja en la prevención de las inundaciones, no obstante, debido a las condiciones urbanas ya no se puede garantizar evitar daños totales. “Cuando vienen las lluvias se generan muchos problemas por no prevenir, por eso estamos trabajando. Estamos ahora dragando los ríos, cosa que no se hizo en mucho tiempo y ya empezamos a trabajar para prevenir las inundaciones. Morelia ya creció más y tiene más calles de concreto que vierten más agua a los ríos. Podemos amortiguar, pero si hay una tormenta atípica no hay forma de que no se colapsen algunas zonas”, explicó. Drenaje, rebasado Solamente para Morelia, se estima que solucionar los problemas de inundaciones tendría un costo mayor a los 2 mil millones de pesos, cifra superior incluso a los presupuestos municipales y a los proyectos que estima la federación para todo el estado en más de un año. La zona urbana de Morelia, ha carecido desde siempre de un sistema de drenaje pluvial que permita descargar los millones de litros de agua que se generan durante la temporada de lluvias y que, en su mayoría, terminan escurriendo a los ya viejos sistemas de alcantarillado, drenaje, drenes y ríos de la ciudad. Durante décadas, el drenaje sanitario se ha visto rebasado durante la temporada de lluvias, por lo que es común que, en las zonas bajas de la ciudad, el agua de los sanitarios salga por las coladeras. Por lo general, las lluvias torrenciales de los meses de septiembre y octubre suelen traer aforos de agua que superan los 150 litros por metro cuadrado, lo que satura las redes de drenaje sanitario. Periferia: Nuevos asentamientos, en zonas de riesgo Otro factor que ha propiciado las afectaciones en Morelia, ha sido el crecimiento exponencial y descontrolado del núcleo urbano en su consecuencia más peligrosa; los asentamientos irregulares. En la mayoría de los casos los asentamientos irregulares se ubican en zonas de alto riesgo por inundaciones, escurrimientos, deslizamientos de aludes e incluso, ductos de hidrocarburos y líneas de alta tensión eléctrica. Las faldas del Quinceo, la Loma de Santamaría, las zonas bajas de Camelinas, el Boulevard García de León y Manantiales, son las áreas que están propensas a sufrir graves daños tanto por los escurrimientos de agua, materiales generados por erosión, deslizamientos de aludes y en el último de los casos, fuertes inundaciones.