DENUNCIA | Sacerdotes de Tierra Caliente, bajo amenaza del crimen organizado

El sacerdote José Luis Segura denunció de forma pública una agresión sufrida tras oficiar una misa en un pueblo

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Siguen las amenazas contra sacerdotes católicos y activistas religiosos en la diócesis de Apatzingán. El padre José Luis Segura Barragán denunció agresiones por parte del crimen organizado en la región de Tierra Caliente colindante con el estado de Michoacán.

PUBLICIDAD

El vicario en el pueblo de la Loma, en el estado Jalisco, pero perteneciente a la diócesis de Apatzingán y prácticamente vecino cercano de esta entidad, advirtió que después de las actividades religiosas para honrar la memoria de los sacerdotes asesinados por la crisis de violencia y de inseguridad de las últimas décadas, de nueva cuenta fue sujeto de amenazas.

Fue el pasado viernes 22 de julio, durante la celebración de una misa en dicha población, que un grupo de hombres armados irrumpió en la celebración religiosa para amagarlo. Segura Barragán advirtió que en todo momento de la misa los delincuentes portaron las armas.

Reconoció que, si bien para la población de la zona limítrofe entre Michoacán y Jalisco se ha hecho “común” el observar personas armadas circulando en camionetas, así como otras acciones delictivas, en los templos como tal no se había presentado situaciones de peligro a tal grado.

PUBLICIDAD

Al concluir la eucaristía y retirarse del lugar, el religioso fue amenazado por uno de los hombres armados y sometido ante la mirada de los asistentes de la población de poco menos de 100 habitantes.

Contenidos relacionados

A pesar de la gravedad de los hechos en los que evidentemente se pone en riesgo la vida del presbítero de origen michoacano, destacó que no se moverá de la zona con el objetivo de no doblegarse ante el poderío de los grupos delictivos que se han apoderado de las estructuras sociales y políticas de la región.

“No he hecho pública todavía está situación al a diócesis de Apatzingán, a mis amistades de forma directa y a la sociedad por medio de redes sociales. Sé que cuento con el apoyo de señor obispo Cristóbal Asencio García y de la Conferencia Episcopal de México”, manifestó en encuentro con medios el párroco.

“He recibido mensajes de solidaridad de varias personas. Me han ofrecido de buena voluntad movilizarse para pedir mi retorno al estado de Michoacán, sin embargo, he decidido declinar dicha acción pues ese acto socavaría la fortaleza espiritual de la Iglesia católica”, manifestó el cura.

Región convulsa

Desde semanas pasadas, la diócesis de Apatzingán en conjunto con las iglesias de los municipios en situación de conflicto ha iniciado las jornadas de oración por lo sacerdotes asesinados en la región en las últimas dos décadas, así como por las víctimas de la violencia generalizada durante los últimos cuatro años.

En total, suman cuatro sacerdotes ultimados en la región. El 8 de abril de 1985, el padre Miguel Ochoa Ávila fue asesinado; el 8 de agosto de 1993 el padre Abelardo Espinoza Aguilera fue víctima mortal de la violencia; el 15 de octubre del 2004 el padre Macrino Nájera Cisneros fue asesinado en la misma región.

El último sacerdote ultimado en la zona de Tierra Caliente fue presbítero Víctor Manuel Diosdado Ríos, el 3 de junio del 2012. A partir del surgimiento del movimiento de autodefensas, otros presbíteros llegaron a señalar amenazas, extorsión y otras agresiones por alzar la voz en cuanto a la violencia se refiere.

El padre Segura Barragán denunció desde hace casi una década las primeras agresiones y amenazas por pronunciarse en contra de la violencia y del crimen organizado que predomina en toda esa región, y que en los últimos años ha alcanzado sus niveles de colusión y de operación más alto.

“Emito este comunicado para conocimiento público de mi libre decisión y hago un llamado al fiscal Alejandro Gertz Manero, fiscal General de la República, a la Fiscalía de Jalisco y a las autoridades estatales y federales responsables del resguardo y el manejo de la libertad de culto y libre expresión a que atiendan las condiciones, las garantías individuales y la protección de la población de la vicaría bajo mi cargo”, manifestó el líder religioso en un texto dirigido a la opinión pública.

En Apatzingán, párrocos, bastiones de la esperanza

En los últimos años, las figuras del Padre Gregorio López Jerónimo en Apatzingán y el padre Gilberto Guevara e incluso el obispo Cristóbal Asencio García, se han sumado a las voces para la pacificación de la región considerada como foco rojo por la pugna entre grupos delincuenciales.

La región de Apatzingán, si bien no presenta las tasas de homicidio doloso de otros puntos como Morelia y Zamora, se ha convertido en una de las regiones más peligrosas por el control que grupos del crimen ejercen sobre la región. Los sacerdotes se han vuelto auténticos bastiones de resistencia civil.