Imparable, el flujo de armas para la delincuencia organizada en Michoacán: Observatorio Ciudadano

Para que un arma llegue a Michoacán, debe pasar por puntos de revisión y aduanas, por lo que la corrupción es indispensable en esta actividad

Foto: Cortesía.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El flujo de armas que da poderío a los grupos delincuenciales de Michoacán sigue incontenible, pues el tráfico e ingreso de armamento a esta entidad han propiciado que quienes integran las filas de la delincuencia organizada cada vez porten armas más poderosas y más sofisticadas.

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En entrevista para La Voz de Michoacán, Rodrigo Antúnez, director de Observatorio Ciudadano, advirtió que mientras no se detenga el flujo de armas al estado y las regiones del país, la incidencia delictiva y la ola de violencia seguirán comprometidas. Aun con las inversiones multimillonarias y el desarrollo de las estrategias, el principal obstáculo son las armas.

Advirtió que las cifras hablan por sí solas, pues el 90 por ciento de los homicidios y actos de violencia de grupos delincuenciales se llevan a cabo con armas de fuego, de las cuales, hasta un 99 por ciento son de origen ilícito.

En últimas semanas han resurgido los videos de grupos delictivos en el estado de Michoacán que presumen armamento cada vez más poderoso y sofisticado. Un caso concreto fue en la comunidad de Bonifacio Moreno, mejor conocida como El Aguaje, en el municipio de Aguililla, donde jóvenes en su mayoría “patrullaron” las calles de la demarcación portando armas de alto poder en un vehículo blindado.

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Si bien se han invertido miles de millones de pesos en las estrategias de seguridad para ampliar la cantidad de policías, aumentar las armas certificadas en las corporaciones y sistemas de inteligencia, el director de Observatorio Ciudadano dice que el impacto es a nivel federal.

Rodrigo Antúnez señaló que desde que ingresan a las armas al país a través de las aduanas u otros accesos, es la Federación la encargada de detener el flujo. No obstante, preocupa que sólo para llegar a Michoacán, cada arma, cada bala o granada, deben atravesar al menos 10 entidades antes de llegar a las manos de los delincuentes.

“Debe ser una prioridad parar las armas que están asesinando a los civiles y a las autoridades. La corrupción mata y la impunidad mata. La hemos reportado desde hace 6 años, reportamos cuando encontraron 2 camiones, un arma bañada en oro, y lo hicimos y al final del día. Debería estarse incautando cada semana un camión al menos hacia la parte sur del país, ese mismo caso de Guanajuato. No hay que hacernos de la vista gorda. Para que el tráfico de armas exista debe haber autoridades corrompidas”, explicó.

Durante el año pasado, en nuestro estado se destruyeron un total 507 armas cortas, 565 armas largas, como rifles AK-47 y AR-15, 73 mil cartuchos, 2 mil 271 cargadores, 139 cascos y 94 ojivas, las cuales fueron sacadas de circulación a través de operativos de autoridades estatales y federales.

Desde 2019 se ha advertido el problema de la violencia como una situación relacionada a la portación de armamiento. A pesar de las campañas promovidas por los tres órdenes de gobierno para desarticular la cultura armamentista de Michoacán, el estado se sigue inundando de armas todos los años. Apenas el 50 por ciento de las armas que ingresan son confiscadas y destruidas mientras que el resto, siguen circulando por la entidad.

Prácticamente todos los días la Fiscalía General del Estado de Michoacán y la Fiscalía General de la República dan a conocer la detención de delincuentes, así como el decomiso de arsenales completos de armas que se sacan de circulación para evitar que sigan generando daños en la sociedad. A pesar de lo anterior, la cifra de personas armadas no se reduce.

La problemática se ha arraigado. Autoridades estatales reconocen que, en la mayoría de los casos, los grupos delincuenciales que operan en la entidad cuentan con mejores armas, antiblindaje, explosivos y hasta armas antiaéreas, que es lo que compone los cada vez más grandes arsenales de los diferentes grupos delictivos.

En este contexto trascendió que, si bien la mayor cantidad de las armas proviene de Estados Unidos, el Puerto de Lázaro Cárdenas, en la costa del Pacífico, es otro de los puntos en donde se mantiene la vigilancia para evitar el ingreso de armas que podrían provenir desde los países de Asia y Medio Oriente.