Crónica | Así viven los asistentes la magia ancestral de K'uínchekua

A lo largo de la velada, las danzas tradicionales de distintas regiones de Michoacán se sucedieron en un desfile de tradición y folclore.

Dulce Olivo  / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. -La noche se desplega majestuosa sobre las antiguas Yácatas de Tzintzuntzan, envolviendo la atmósfera en un manto de misticismo donde el pasado y el presente se entrelazaban en una danza cultural sin igual.

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K'uínchekua, un homenaje y una fiesta única de Michoacán inició el pasado juéves en punto de las 8 pm, donde a través de un viaje inolvidable,  tres mil personas se maravillaron por las profundidades de las tradiciones, la música y la danza de este estado cargado de diversidad.

A medida que las últimas luces del día se desvanecían, las puertas de este magnífico festival se abrieron al público, dando la bienvenida a una experiencia única e inolvidable . Bajo el impresionante telón de fondo de la Zona Arqueológica de Tzintzuntzan, los visitantes fueron recibidos por una mezcla de sonidos ancestrales que resonaron en el aire, marcando así el inicio de una velada que prometía ser trascendental.

El evento dio comienzo con una solemne ceremonia de apertura, donde los médicos y médicas de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán lideraron un emotivo ritual que invocaba los espíritus ancestrales y pedía permiso a los cuatro puntos cardinales. En medio de cánticos y danzas sagradas, el espacio se impregnó de una energía espiritual que recordaba la profunda conexión entre la humanidad y la tierra que la sustenta.

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Seguido de la Uárhukua Ch'anakua, una representación teatral de la creación del universo según la mitología p'urhépecha, cautivó a los presentes con su despliegue de color y movimiento. Los dioses ancestrales cobraron vida en la oscuridad de la noche, recordando a todos la importancia de honrar las raíces cósmicas de la cultura purépecha.

A lo largo de la velada, las danzas tradicionales de distintas regiones de Michoacán se sucedieron en un desfile de tradición y folclore. Desde la Danza del paloteo de Puruándiro hasta la Danza de T'arhétskua Ampakiticha de Santa Fe de la Laguna, cada actuación transportaba a los espectadores a un mundo de fantasía y tradición, donde el pasado y el presente se entrelazaban en una danza sin fin. La voz de los portadores de nuestra cultura, con sus diferentes formas de tocar, cantar, vestir, danzar y bailar, refleja la esencia pura de Michoacán y nuestra forma cotidiana de celebrar la vida.

Se presentaron números como la "Danza del Torito de Carnaval" una celebración festiva en la comunidad de Jarácuaro, caracterizada por el sonido de la kiringua y la flauta de carrizo. Esta danza, conocida como Ch'ananskua, refleja las festividades pagano/religiosas de la comunidad purépecha. En Santa Fe de la Laguna, la Danza de T’arhétskua Ampakiticha representa a los Reyes Magos adorando al niño Dios en su pesebre. Los bailarines, ataviados con túnicas largas y máscaras, personifican la alegría y solemnidad de esta antigua tradición. De la comunidad de Sicuicho, se presentó la Danza de Tsapichus en honor de la Virgen de la Candelaria y del niño Jesús. Los Tsapichus, también llamados "danzantes pequeños", representan figuras religiosas con sus túnicas azules y participan en esta danza de carácter sagrado.

Así mismo las agrupaciones musicales deleitaron al publico con sus múltiples  melodías entre los guros que participaron se encuentran:

Jádhex, Sonidos Prehispánicos, con una experiencia musical que  transporta a la era prehispánica de Michoacán, utilizando instrumentos ancestrales y melodías que reflejan la riqueza cultural de la región.

Los Músicos de Torito de Carnaval acompañan la danza del torito con su música enérgica y festiva, utilizando instrumentos tradicionales como la kiringua y la flauta de carrizo para crear una atmósfera animada durante la celebración.

La Orquesta K'uínchekua de Santa Fe de La Laguna interpreta la música tradicional de esta comunidad, acompañando la Danza de T’arhétskua Ampakiticha con melodías que evocan la esencia de la festividad y la adoración de los Reyes Magos.

Además, las bandas sinfónicas infantil y juvenil de las escuelas de música tradicional del estado demostraron el talento y la dedicación de las nuevas generaciones, preservando así el legado musical de la región y asegurando su continuidad en el futuro.

Los sonidos vibrantes de la Tierra Caliente resonaron en el aire, invitando a todos a unirse al ritmo frenético de esta región llena de vida y color. La Danza de los Viejitos de Jarácuaro, con su humor y vitalidad, recordó a los presentes la importancia de la sabiduría de la edad, mientras que los semilleros de la Pirekua cautivaron con sus melodías ancestrales, recordando la importancia de preservar y celebrar el canto tradicional de la región.

A lo largo de todo el evento se estuvo lanzando pirotecnia y fuegos artificiales al cielo y cuando la expectativa no podía ser más alta, drones comenzaron a emerger de la parte trasera del escenario para colocarse en distintas posiciones y formar varias imágenes como bien lo fue un viejito de la Danza de los viejitos, una mariposa con sus alas en movimiento, las pablaras "Michoacán: el alma de México" y "K'uínchekua" haciendo aún más increíble está fiesta.

La belada llegó a su apogeo con una gran final llena de emoción y energía. Al compás de "Juan Colorado" y "Qué lindo es Michoacán" se realizó un desfile con todos los danzantes y agrupaciones que participaron en el evento de aproximadamente 2 horas y para cerrar con broche de oro se presentaron los más pequeños danzantes, niños entre 2 a 6 años luciendo  vestimentas tradicionales propias de su región de origen mientras se anunciaba "Estas son las futuras generaciones que mantendrán viva las costumbres y tradiciones de Michoacán", sellando así una noche inolvidable de celebración y tradición en el estado.Crónica | Así vive el público la magia de K'UÍNCHEKUA