Día del Padre | Tata, importante figura purépecha cargada de simbolismo

La visión occidental ha permeado poco, pero comunidades reconocen a tatas como las figuras aspiracionales

Tata es el consejero, el sabio al que muchos acuden para pedirle un consejo, ese tata es al que todo hombre en una comunidad aspira a ser

Angélica Ayala, La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. A pesar de que la figura paternal es el líder de grandes núcleos familiares, en la comunidad purépecha poco ha permeado el festejo del Día del Padre como tal, al contrario de la celebración a las madres. Algunas familias lo han adoptado, pero es una celebración muy acotada.

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No obstante, los paterfamilias son figuras extremadamente respetadas en la cultura purépecha, líderes de linajes completos y quienes tienen generalmente la última palabra en decisiones de cualquier tipo. Aspiran los mismos padres a volverse ejemplo y símbolo de admiración, al menos entre los suyos, a ser tata.

Por ello la palabra ‘tata’, a pesar de su aparente simpleza, es también un simbolismo que ha perdurado a través de siglos enteros, en donde se reconoce aquellos hombres que con su liderazgo y aportaciones han encaminado a las sociedades purépechas hacia mejores destinos.

Así lo relata Héctor de Jesús Cipriano, de la comunidad de Puácuaro, en municipio de Erongarícuaro, quien comparte con los lectores de La Voz de Michoacán sobre esta particular visión del concepto de los papás, del Día del Padre y de los tatas que tiene en la cultura purépechas.

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Reconoce que el tema de este festejo no es propio de las comunidades, ni de aquellas asentadas en la Meseta Purépecha, ni en la ribera del Lago de Pátzcuaro, sino que es parte de ese fenómeno de globalización e invasión cultural a la que, sin querer o no, se han visto condicionadas en los últimos años.

Mira, el Día del Padre es una conmemoración desde la visión occidental, o sea no hay desde la visión Purépecha, más bien nosotros la hemos ido adquiriendo”, reconoció Héctor de Jesús Cipriano.

LA VISIÓN MEXICANA

En México el Día del Padre comenzó a generalizarse en las escuelas en la década de los 50. De acuerdo con algunas investigaciones históricas, se trató de un concepto que se “importó” de Estados Unidos, donde activistas promovieron un festejo de este tipo desde mediados del siglo XX.

Originalmente la celebración se propuso en honor al padre de una mujer llamada Sonora Smart Dodd, quien quiso homenajear a su progenitor, Henry Jackson Smart, quien se hizo cargo de la educación de seis hijos en total. La activista se dio cuenta de que su padre había sido todo un ejemplo en la comunidad y propuso su fecha de nacimiento, el 19 de junio, para conmemorar tal festejo a la paternidad bien ejercida.

Con el paso del tiempo, y tras adoptado en los planteles educativos mexicanos, de las escuelas brincó hacia las familias y en poco tiempo las marcas comerciales vieron en el festejo una oportunidad de negocios. Tomando como base la celebración del 19 de junio, que fue la original en Estados Unidos, en nuestro país se estableció de manera informal a celebrarse cada año el tercer domingo del mes de junio.

Festejo discreto

Reconoce Héctor de Jesús Cipriano que el festejo poco a poco ha ido ganando terreno, aunque sigue muy lejos de ser una celebración bien establecida, donde otras fechas siguen teniendo mucho mayor peso en su cosmovisión, no importa que algunas familias han hecho suyo el festejo de manera particular.

“Una vez que está celebración ha ido penetrando en nuestros pueblos la gente le da poca importancia, pues sigue con la mucha fuerza la celebración del Día de la Madre”, comenta. El 10 de mayo es muy socorrido en los pueblos originarios y se festeja con las mujeres, vivas y fallecidas, su importancia en las familias y su dedicación inquebrantable en la crianza.

“En los casos donde se celebra se hace con una comida familiar dirigida para el papá y en muy pocos casos, en caso de que ya no viva, un ramo de flores o una visita al panteón”, refirió, aludiendo que la celebración, si bien es conocida ya en las propias comunidades, no se trata todavía de una fiesta generalizada, aunque ha ido ganando terreno en algunos núcleos.

En las comunidades, de cualquier forma, la figura aspiracional de ser un buen hombre, un buen líder, un tata, continúa, y son los padres quienes constituyen el ejemplo más próximo de esa figura aspiracional.

¿QUÉ ES UN TATA?

“Tata es una palabra Purépecha que encierra mucho simbolismo”, asevera Héctor de Jesús Cipriano. En purépecha tata significa señor y esa denominación la adquiere cualquier hombre al contraer una relación afectiva o de vivir juntos con una mujer, estén casados o no.

Pero ese es un tata simple. Hay otro tata, es aquel que a través de sus obras en beneficio de la comunidad o los cargos que ha tenido se ha ganado el respeto y admiración de la población, es el consejero, el sabio al que muchos acuden para pedirle un consejo, ese tata es al que todo hombre en una comunidad aspira a ser”, explica.

Durante siglos, las dos únicas personas que no siendo purépechas que han adquirido ese reconocimiento son Tata Lázaro Cárdenas y Tata vasco de Quiroga.